Levo muchos años callado, pero ya no puedo aguantar más. Entre los Alardes de Irun y Hondarribia, añadido a los últimos acontecimientos en Baztán, con los puritanos de la «Mutil Dantza», se me ha acabado la paciencia. Vergüenza ajena siento con el comportamiento de algunas personas del alto y bajo Bidasoa, esa República que Pío Baroja soñó, sin frailes, ni guardias civiles, ni moscas.

Si hay algo que no soporto es a las personas que quieren demostrar que saben lo que ignoran.

Voy a dejar aparte el espectáculo esperpéntico que nos muestran demasiadas personas aun en Irun y Hondarribia.

Me centraré en la «Mutil Dantza» de Baztan: hay gente tan «puritana» en el folklore de nuestros pueblos que se cree poseedora de la verdad absoluta. ¡Craso error!

Hay un dicho latino: «Quidquid recípitur, ad modum recipientis, recípitur» (Lo que se recibe, se hace al modo del receptor). También nos explicó muy bien José Ortega y Gasset, con su teoría «perspectivista», que las cosas hay que mirarlas desde distintos puntos de vista, para darnos cuenta de toda su dimensión. Por ejemplo: si una persona un vaso normal de sidra lo mira exclusivamente desde arriba, nos dirá que es redondo. Si otra persona lo ve desde un costado, nos dirá que es rectangular. Y lo curioso es que las dos tienen razón... pero solo una parte. Hay que tener la capacidad, y el respeto, de escuchar los diferentes puntos de vista de las personas.

Si fuéramos al puritanismo, puro y duro, de nuestro folklore (y hablando de folklore hay que ser siempre muy humilde), «Mutil» es sinónimo de «Soltero». Yo, por ejemplo, soy «Mutil zaharra» y, por lo tanto, tengo derecho a bailar la «Mutil Dantza» según los puritanos folkloristas baztandarras.

Pero yo he visto participar a muchos padres y abuelos... y nadie ha puesto el grito en el cielo.

«Es de sabios evolucionar en la manera de pensar», es lo que dice el enunciado de este artículo. Las mujeres estaba relegadas a parir y criar a sus hijos, en casa, y se les apartaba de los carnavales, del «olentzero»... Con la evolución de la sociedad, tanto en Bera, como en Lesaka, las mujeres se han incorporado, sin ningún problema, al «Zako zahar», al «Olentzero», a «Iñudek eta Artzaiak», etc...

Me cuesta creer que, en otros pueblos de esta nuestra «República del Bidasoa» haya personas que no tengan capacidad para evolucionar. Hay demasiada gente que se mira al ombligo y, más todavía que se miran a su trigémino, sin dedicarse a usar su cabeza, para pensar... evolucionar... y no tan sólo para cubrirse con la boina.