Al menos dieciocho personas murieron y veintiuna resultaron heridas ayer por el estallido de dos artefactos en una mezquita suní cerca de la ciudad de Samarra, en el norte del país. Las bombas, ocultas en los aparatos de ventilación de la mezquita Mesaab bin Amir, en Al-Ragaa, explotaron cuando los fieles comenzaban la oración del mediodía del viernes, la más importante en la semana musulmana.

El atentado, cuyo balance puede incrementarse debido a la gravedad de varios heridos, se produjo solo unas horas después de que la mayoría de los líderes y partidos políticos iraquíes firmaran un pacto de «honor y paz social» para tratar de detener el derramamiento de sangre y la violencia sectaria en el país. El documento estipula resolver las diferencias en la escena política de forma consensuada, limitar el uso de las armas y afrontar el fenómeno del «terrorismo» y las milicias armadas.