El PNV ha tratado de acercar posturas con PP y PSE en materia fiscal en el Ayuntamiento de Bilbo, aunque no le hagan falta esos apoyos por la mayoría absoluta de la que disfruta. El proyecto que le eleva al pleno de mañana establece una subida media de las tasas e impuestos de un 2,2% para el próximo ejercicio, lo que no es aceptado por la totalidad de la oposición, aunque es EH Bildu quien apuesta por un cambio más radical, modificando IBI e IAE.

En las negociaciones mantenidas por el Gobierno de Iñaki Azkuna con la oposición, los acuerdos más numerosos se han alcanzado con el PSE, con el que el PNV ha acordado cambios en diez asuntos. Pese a ello, Alfonso Gil avanzó ayer que su grupo se abstendrá en la votación y señaló que «no podemos aprobar el proyecto porque no son nuestras tasas».

Gil admitió que el entendimiento con el PNV en Bilbo es «reflejo» del pacto fiscal alcanzado entre ambos partidos. Recalcó que las medidas propuestas por su grupo persiguen que «la progresividad fiscal sea una constante» para «que paguen más quienes más tienen».

Una rebaja de un 10% en el precio/hora del Servicio de Ayuda a Domicilio, congelar los coeficientes en el Impuesto sobre Obras de Reforma y una tarifa especial de la OTA (12 euros por día, en lugar de los 16 fijados inicialmente) para profesionales autónomos son algunas de las cuestiones acordadas con el PNV. También han pactado «doblar» la tasa que pagan los bancos por los cajeros automáticos situados en las calles, de forma que a partir de ahora estas entidades abonarán 756 euros por metro cuadrado al año.

El portavoz del PSE explicó que siguen negociando con el equipo de gobierno e intenta que se aumente del 0,68% propuesto hasta el 1,23% el Impuesto de Actividades Económicas (IAE), que pagan las empresas que facturan más de dos millones de euros.

El PP ha llegado a acuerdos con el PNV para introducir cinco cambios en el proyecto de tasas e impuestos, relativos principalmente a cuestiones de medio ambiente: bonificaciones en el impuesto de circulación y la OTA para coches eléctricos.

«Está bien, pero es anecdótico. Es más un gesto de cara a la galería que reconsiderar la subida de impuestos a los bilbainos», indicó su portavoz, Cristina Ruiz, para explicar la postura de su grupo contraria al proyecto y su «decepción» por la actitud jeltzale. A su juicio, el incremento de impuestos, «por tercer año consecutivo, es sintomático de lo que espera a los vascos, en sintonía con el pacto fiscal entre PNV y PSE». El PP se inclina por la congelación de tasas e impuestos municipales.

EH Bildu, que no ha alcanzado acuerdos en materia fiscal -sí ha pactado con el PNV una enmienda en materia de circulación para habilitar zonas de «calmado de tráfico»-, adelantó que votará en contra de un proyecto de tasas «calcado al del año pasado» y que «no ha servido como herramienta eficaz para salir de la crisis». A su juicio, el proyecto «sigue siendo de derechas», por lo que defiende una política fiscal «mucho más justa y progresiva».

La edil Ana Etxarte precisó que plantearán cambios en los impuestos de Bienes Inmuebles y de Actividades Económicas para aplicar un recargo de hasta el 150% en las viviendas vacías y para que tributen por el IAE las empresas con un volumen de operaciones superior a un millón de euros.