Las negociaciones entre Euskaltel y los representantes de Fernando Alonso para la adquisición por parte del piloto de Fórmula 1 del equipo ciclista Euskaltel Euskadi han concluido sin acuerdo, según confirmó ayer el equipo vasco y posteriormente Alonso, por lo que la posibilidad de que la escuadra naranja continuara en otro formato se ha evaporado.

El 2 de septiembre, el asturiano notificó su intención de adquirir la sociedad creada el pasado año para dirigir el equipo, la Basque Cycling Pro Team, propietaria del Euskaltel, con la intención de asumir la licencia World Tour hasta 2016, parte de su estructura y los 14 corredores con contrato hasta 2014 o 2015, aunque sin hablar de las 54 personas que en labores diversas tienen contrato con Euskaltel: directores, mánagers, mecánicos, médicos o masajistas.

Ayer, los responsables de la formación ciclista confirmaban la ruptura entre ambas partes, pero sin explicar las razones ateniéndose al argumento de «respetar la confidencialidad de las negociaciones». A eso de las 21.00, Alonso escribía en las redes sociales: «Lo hemos intentado hasta el final, pero ha sido realmente imposible tener un equipo ciclista en 2014. Mi pasión por este deporte, las ganas de colaborar y poner nuestro granito de arena, permanecen intactas, con lo que esto solo ha sido el comienzo del futuro. No ha podido ser ¡pero será! Esta aventura no ha hecho más que empezar. ¡Con ilusión a por 2015!», aunque ya sin Euskaltel. «Diario Vasco» apuntaba el lunes que la clave de la ruptura de un acuerdo que no ha llegado a consumarse «viene dada por la falta de entendimiento entre los representantes legales de Euskaltel y de Fernando Alonso, que no se ponían de acuerdo en los activos que una parte quería vender y la otra, comprar». El rotativo guipuzcoano iba más allá, apuntando que «la posibilidad de que Euskaltel tenga que liquidar todos los contratos firmados es más real que nunca. Debería llegar a algún tipo de acuerdo con proveedores, ciclistas y técnicos. Si las negociaciones se han roto es que a Basque Cycling Pro Team le compensa más negociar con quien tiene contratos firmados que traspasar todos los activos que quería el grupo de Alonso, que desde un principio dejó claro que solo le interesaban corredores y la licencia World Tour».

En el «Economista.es» se señalaba ayer que «la dureza de Euskaltel en las negociaciones, con asuntos como la exigencia de mantener los contratos vigentes con auxiliares, técnicos, ropa deportiva o marca de bicicletas, o la voluntad de los ciclistas de que el equipo permaneciera afincado en el País Vasco para beneficiarse de su mejor fiscalidad, han sido los detonantes para que el acuerdo se rompa», añadiendo además que Alonso tenía incluso cerrado un patrocinador para cuatro temporadas. Los 14 corredores afectados están peor que cuando se anunció la primera desaparición. Una nueva decepción para retomar un futuro incierto.