Reunido de urgencia ayer en El Cairo, un tribunal dio el último paso para sacar a los Hermanos Musulmanes de la escena política egipcia después de continuas medidas represivas de las autoridades nombradas por el Ejército tras el golpe de Estado del 3 de julio. La corte de Asuntos de Urgencia de la capital egipcia emitió este fallo, tras una demanda presentada por el partido izquierdista Al Tagamo. Hace una semana un tribunal ya congeló los bienes de los principales dirigentes de esta organización, cuya mayor parte se encuentra encarcelada acusada de «incitación al asesinato» o directamente de «asesinato» de manifestantes contrarios al depuesto presidente Mohamed Morsi. La implacable represión llegó a punto máximo el 14 de agosto cuando el Ejército y la Policía arrasaron sus acampadas de protesta provocando más de un millar de muertos ese día y en las jornadas siguientes. Además, más de 2.000 miembros de la Cofradía han sido detenidos. En los últimos días el Ejército ha asaltado los últimos feudos islamistas. La prohibición de las actividades dictada ayer se aplica a la Hermanad, que no tiene ninguna existencia jurídica pero también a la Asociación Hermanos Musulmanes, ONG creada bajo la presidencia de Morsi, así como a «toda organización creada o financiada por ellos».

Entre ellas figura el Partido de la Libertad y la Justicia (PLJ), la formación política que venció con contundencia las primeras elecciones democráticas en el país, unos meses después de la caía de Mubarak.

Este partido fue creado después de que salieran de la clandestinidad los Hermanos Musulmanes, hermandad creada en 1928 y prohibida aunque tolerada esporádicamente entre episodios de represión.