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Juan Mari Arazuri Miembro de la PAH Egües

El negocio del alquiler social

Muchas personas han tenido que abandonar sus viviendas ante una extorsión constante. Hay más desahucios derivados del impago de recibos del alquiler social que del impago de cuotas de la Hipoteca

Como robarle el caramelo a un crío. Así podemos describir el día a día de los vecinos que son «beneficiarios» de un alquiler social protegido. Personas con rentas bajas a las que esta estafa que venimos llamando crisis les golpea en la peor de las condiciones. Fianzas abusivas, opacidad en los cobros, ninguneo cuando no maltrato verbal si alguien pide copias de recibos o simplemente una explicación, represalias en forma de nuevos recibos, derramas injustificadas, contratos abusivos... Esa es la forma y las formas con las que son tratados por parte de las empresas que gestionan dichos alquileres, los inquilinos de semejante bicoca. Y para muestra un botón: a todos los bloques que gestiona ADANIA-ABYMA (no es la única a la que le ocurre, COGREMASA también tiene bastante mala suerte) se les estropean los contadores. ¡Todos a pagar! Ya sea en Sarriguren, ya sea en Buztintxuri, ya sea en el Congo Belga si es que todavía se llama así. Problemas idénticos se reproducen de manera sorprendente y tienen como denominador común las mismas empresas gestoras.

Son muchas las personas que han tenido que abandonar sus viviendas ante el ahogo que supone enfrentarse, con unos recursos mínimos, a una extorsión constante. Hay más desahucios derivados del impago de recibos del alquiler social que derivados del impago de cuotas de la hipoteca. Pero es que sin rotación de inquilinos y con honestidad en la gestión, no existiría posibilidad de engordar la cuenta de resultados. Hay que tener muy presente que igual que la especulación con los precios de los alimentos genera hambre, el negocio del alquiler social genera desamparo y exclusión social.

Ante semejante injusticia nos encontramos a una Administración que adjudica la gestión de los inmuebles, que visa todos y cada uno de los contratos, que otorga subvenciones (de difícil seguimiento una vez que llegan a las gestorías de las promotoras), que no se preocupa de fiscalizar hasta el último céntimo que sale de sus arcas, llenas sea dicho de paso, con el dinero de todos nuestros bolsillos.

Hay algo que huele a podrido en este asunto. Hay algo que huele a podrido en casi todos los asuntos.

Desde que los primeros casos fueron llegando a las PAH, hemos descubierto una práctica digna del mismísimo Al Capone, un pringao si lo comparamos con el nivel de corrupción que se intuye en nuestro entorno, concretamente en las prácticas de estas empresas que hacen negocio de una necesidad tan absolutamente básica como la de disponer de un techo bajo el que vivir. Creemos de vital importancia la organización de las comunidades de vecinos (a lo que ni siquiera tenían derecho) y apoyamos cualquier iniciativa que por parte de los inquilinos quieran llevar adelante en pro de sus derechos y en contra de toda esta injusticia. Ahí estaremos siempre.

En Sarriguren, los inquilinos comienzan a tomar conciencia del abuso sistemático al que son sometidos, y se están creando las primeras comunidades de vecinos, no sin dificultad, no sin miedo. Y es que es normal. Ellos saben que se juegan que los tiren a la calle perdiendo las fianzas abusivas que les obligan a depositar... pero tienen claro que si no reaccionan, antes o después, su final será justamente eese. La respuesta de las empresas no se ha hecho esperar: derrama por desinsectación para todos. Un gasto que claramente debe asumir el propietario del inmueble se va a imputar a todos los vecinos. Pero hay más. La desinsectación de cucarachas es para la totalidad del edificio, aunque el problema no corresponda a esa misma totalidad. En todo caso, si se demuestra necesaria que se haga cargo quien deba, que desde luego y en ningún caso pueden ser los inquilinos. La lista de abusos es tan amplia que ha dado para la elaboración de un dossier, presentado hace ya unos días, en el que queda negro sobre blanco las prácticas que aquí denunciamos.

Desde la PAH vemos la importancia de no dejar pasar ni un día más ante semejantes atropellos que, reiteramos, afectan a los sectores de la población en peor situación. Queremos animar al resto de vecinos que no se deciden a tomar parte en esta pelea, va siendo hora de plantarse ante tanta injusticia, si permiten que todo siga igual, su situación no seguirá igual, al contrario, cada día empeorará.

Mi ama siempre me decía: «hijo, tú no te metas con nadie pero tampoco dejes que nadie se meta contigo». Consejos de madre, de acuerdo, pero que ante casos como el que nos ocupa se convierten en pura filosofía de vida.

Seguiremos informando.

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