Vecinos de Irun crean un huerto urbano para dinamizar un espacio público
Vecinos del barrio Santiago de Irun han creado este fin de semana un huerto urbano con el que pretenden dinamizar un espacio público, en el marco de una iniciativa ciudadana impulsada por distintos profesionales de la zona. La propuesta cuenta con el aval municipal.
GARA | IRUN
El proyecto es el ganador de un concurso de ideas organizado meses atrás por estos profesionales, entre los que hay arquitectos, fotógrafos, informáticos y diseñadores que, a falta de recursos económicos, optaron por esta original propuesta participativa bajo el nombre de ``Artefakto», siguiendo el ejemplo de propuestas puestas en marcha en otras ciudades.
El arquitecto Josu Laguardia, uno de sus impulsores, explicó a Efe que se buscaba «adaptar a pequeña escala ese tipo de iniciativas llevadas a cabo en otros lugares del planeta, a través de un proceso muy participativo en el que se involucrara la gente y que no tuviera ningún coste».
Para ello, han contado con la colaboración de distintas empresas, por ejemplo para conseguir materiales que hacen de vallado del huerto y de pavimento entre las zonas de cultivo, mientras que abono y tierra han sido aportados por el servicio municipal de jardinería.
La huerta comunitaria, que va a ocupar la trasera del frontón de Santiago, es un proyecto creado por el equipo formado por la paisajista Nagore Sánchez, la interiorista Vanesa Sánchez y el jardinero Federico Bergaretxe.
Nagore Sánchez comentó que a la hora de concebir esta intervención tuvieron claro que, por las características del barrio irundarra, un huerto urbano «se adaptaba bien y podría funcionar porque los vecinos son muy participativos en las diferentes actividades que se organizan durante el año». Esta paisajista se refirió también al diseño, condicionado por que «tiene que ajustarse a las características de un espacio urbano, es decir que no haya elementos que puedan suponer un peligro. De ahí que se haya optado por un cerramiento pero que fuera liviano para que se pueda ver y esté integrado en el barrio».
El huerto cuenta con permiso municipal para un año y, pasado ese periodo, «si ha gustado y la gente del barrio lo reconoce como algo suyo, se hablará para que siga más tiempo».