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EL RETO DEL CAMBIO CLIMATICO

De «sapiens demens» a «sapiens sapiens»

Bajo la batuta de Hervé Kempf, reputado periodista especializado en temas ecológicos, tres expertos explicaron el reto de «construir un mundo mejor» haciendo frente al desafío que supone, «ya en el presente», el cambio climático y sus consecuencias para la humanidad.

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A.M. | BAIONA

El climatólogo Christophe Cassou presentó brevemente el panorama que se desprende del último informe del GIEC (Grupo Intergubernamental sobre la Evolución Climática) presentado hace unos días.

Según los científicos, un aumento de más de 2 grados centígrados en el horizonte de 2035-2045 es una amenaza más que probable si no se reacciona de inmediato. La situación puede ser, además, peor en un segundo escenario a 50 años vista.

Como ejemplo de lo catastrófico que resultaría, recordó la excepcional canícula de 2003, cuando durante varios días la temperatura rozó los 40 grados «En 2060-2070, se convertiría en la temperatura habitual del verano», afirmó Cassou, antes de aseverar que «el decenio 2020 será decisivo para mantener o rebajar ese aumento y atenuar sus consecuencias».

Acontecimiento

Centrándose más en los aspectos políticos y sociales, la portavoz de ATTAC, la economista Geneviève Azam, aseguró que «lo que está ocurriendo hoy [por ayer] en Baiona es un acontecimiento político de primer orden cara al reto climático».

Azam considera que la humanidad se enfrenta a unos «retos inéditos» y que para afrontarlos, hay que empezar por plantearse las cuestiones de forma correcta. Desde esa óptica, cree que debemos de dejar de dirigirnos a las generaciones futuras. «No es algo que van a heredar en un futuro próximo. En algunas partes del planeta, por ejemplo en Bangladesh, esta herencia es ya una realidad concreta, es el presente» dijo.

Tampoco está de acuerdo con la idea de que esto es una crisis ecológica. «Una crisis es un desequilibrio que en un plazo de tiempo se estabiliza. Estamos ante algo mucho más profundo». Huir de la, según ella, «mal llamada economía verde» porque pretende adaptarse a la situación pero, básicamente, sigue empecinada en «convertir la naturaleza en capital» es otra de las líneas de actuación: «Eso es lo que está ocurriendo ya en África donde están tratando de impulsar un agricultura adaptada a los cambios climáticos». Para Azam, «no es un plan B, sino un plan catástrofe».

Oponerse a estas ideas, aceptar los límites que no se deben ni pueden sobrepasar, reconocer la diversidad y actuar solidariamente son algunas de las recetas que la profesora puso sobre la mesa.

Capacidad humana

En la misma línea de responsabilizar a la humanidad de «poner en peligro su propia supervivencia» pero desde un prisma más filosófico, Patrick Viveret arrancó los aplausos de la sala con su intervención.

Coincidió con sus compañeros de mesa en el carácter «eminentemente político-económico» del problema pero destacó la capacidad de los humanos para invertir la situación. Apeló para ello a la «sensatez y sabiduría» también inherentes al género humano e instó a que el sapiens demens en el que se ha convertido, vuelva a ser el sapiens sapiens que le precedió.

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