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CRíTICA: «Omnívoros»

¿Somos lo que comemos o nos comen el coco?

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Mikel INSAUSTI

A partir de la proliferación de restaurantes clandestinos, a Óscar Rojo se le ha ocurrido una leyenda urbana sobre gastronomía caníbal. En realidad lo que sí existen, y a las pruebas nos atenemos, son locales exclusivos donde un número de comensales limitado acuden a las degustaciones más extrañas. El misterio en torno a ellos aumenta, porque no vienen en las guías. En muchos casos están relacionados con prácticas de procediencia asiática, tales como el servir la comida sobre el cuerpo de una mujer desnuda o la preparación de especies animales altamente venenosas.

Por otro lado, la coincidencia en la cartelera de «Omnívoros» y «Caníbal», tampoco creo que de origen a una moda dentro del terror, debido que ninguno de los dos títulos se adscriben de lleno a dicho género. He leído en algún sitio mencionar ya el termino «canibalismo ibérico», lo cual habrá que tomárselo como la broma que es. Sin ser tan pulcro como «Caníbal», el segundo largometraje de Óscar Rojo coquetea un poco más con la estética «gore», pero sin sucumbir a ella. Y podía haberlo hecho, porque la figura que tiene mayor fuerza dentro del reparto es la del matarife, con una intimidatoria carecterización de Paco Manzanedo.

Sin embargo, lo que le interesa principalmente a Rojo es la crítica social de trazo grueso. Se sustenta en una idea tan básica como la de que es el dinero el que mueve el mundo, para en teoría desenmascarar los vicios ocultos de las clases pudientes. Evidentemente, no hay metáfora más obvia sobre el sometimiento de los pobres a los ricos que el ser servidos como plato en su mesa.

En su ópera prima «Brutal Box», Óscar Rojo ya utilizaba el sensacionalismo más pedestre y burdo con tal de llamar la atención, en aquella ocasión a cuenta de la violencia en la red como negocio fácil para escapar a la crisis. Entiendo que es un medio destinado a potenciar el en principio limitado poder de convocatoria de una producción de bajo presupuesto, pero resulta que en «Omnívoros» ha contado con un millón y medio de euros para una producción independiente, cuya imagen es la de una película amateur.

 

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