Jornada sangrienta en Egipto tras reprimir las protestas islamistas
Egipto volvió a ser escenario de una violenta represión por parte de la Policía, cuya actuación dejó un saldo provisional de 34 muertos, 200 heridos y más de 400 detenidos en El Cairo. La capital egipcia se convirtió en un campo de batalla y en escenario de las mayores protestas desde agosto. Miles de partidarios del derrocado Mohamed Morsi organizaron pequeñas marchas con el fin de llegar a Tahrir, cuyos accesos fueron blindados con tanques y carros de combate.
GARA | EL CAIRO
Al menos 34 personas murieron ayer en enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y partidarios del depuesto presidente islamista Mohamed Morsi, durante una manifestación con motivo de la conmemoración del cuarenta aniversario de la guerra árabe-israelí en 1973.
Se trata del balance más elevado desde la represión iniciada el 14 de agosto para dispersar por la fuerza dos sentadas de partidarios de Morsi que reclamaban la salida de los golpistas del poder y la liberación del presidente, que sigue detenido.
La represión contra los manifestantes dejó más de mil muertos, en su gran mayoría partidarios de Morsi y más de 2.000 detenidos. Al menos 30 personas murieron en El Cairo, tres en Beni Sueif y una en Delga, en el centro del país, precisó Jaled al Jatib, responsable del Departamento de Urgencias del Ministerio de Salud, citado por la agencia oficial Mena. No precisó quiénes eran los fallecidos ni las circunstancias de sus muertes.
Los Hermanos Musulmanes, sin embargo, elevaron a 35 la cifra de víctimas mortales solo en la capital y a centenares la de heridos, mientras que reseñaron cuatro fallecidos en Delga y uno en la ciudad de Ismailiya, junto al canal de Suez.
Denunciaron que la Policía abrió fuego contra manifestantes pacíficos. Atribuyeron «la responsabilidad total de los crímenes y matanzas» a los dirigentes del golpe militar.
El Ministerio del Interior, que había amenazado con responder con «firmeza» a cualquier intento de protesta, acusó a los manifestantes de realizar «actos de sabotaje», atacar vehículos y prender fuego a una oficina gubernamental. El Ejército desplegó numerosos tanques en las principales arterias de la capital y en los puentes sobre el Nilo.
La Alianza contra el Golpe de Estado había pedido a sus militantes que se concentraran en la emblemática plaza Tahrir, símbolo de la revuelta que derrocó a Hosni Mubarak en 2011.
En el barrio de Mohandisin, de clase media y con una importante zona comercial, Atef Rayan remarcó que ya es hora de decir «basta» a los golpistas.
Rayan, de 19 años y con una bandera egipcia en la mano, afirmó que «los egipcios están desconcertados ante tanta sangre, pero harán escuchar su voz a los golpistas. No tenemos miedo a morir si hace falta, porque creemos en nuestra causa justa"
En contraste con estas imágenes de violencia, miles de partidarios del Ejército se concentraron en la plaza Tahrir, rodeada de efectivos de seguridad, vehículos militares y detectores de metal, portando retratos del general Al Sisi, jefe de Estado Mayor, viceprimer ministro y ministro de Defensa y en los alrededores de palacio presidencial de Itihadiya en un ambiente festivo. Fuegos artificiales y haces de luces inundaron estas zonas, que fueron sobrevoladas con helicópteros militares que portaban la bandera de Egipto.
Al caer la noche, el estadio de la Defensa Aérea en El Cairo fue escenario de las celebraciones oficiales con motivo del aniversario de la guerra de 1973, donde no faltó la música y el teatro.
En un discurso a la nación con motivo de esta efeméride, el primer ministro egipcio, Hazem Beblaui, destacó que el pueblo egipcio apoya a las Fuerzas Armadas en su plan para «establecer un estado democrático».
Beblaui aseguró que el país ha elegido el camino de «la democracia, la justicia y la paz» y llamó a todo el pueblo a regresar «al seno de Egipto sin divisiones ni discordias».
Por otra parte, el juez convertido en presidente interino, Adli Mansur viajará hoy a Arabia Saudí en su primer viaje oficial al extranjero para estrechar la cooperación bilateral. Está previsto que se reúna con el rey saudí, Abdalá bin Abelaziz, y el príncipe heredero y viceprimer ministro, Salman bin Abdelaziz, a quienes agradecerá su apoyo.
Es tradición que el primer viaje al extranjero de los jefes de Estado egipcios sea a Arabia Saudí, un aliado, que sobre todo se ha volcado con Egipto tras el derrocamiento de Morsi.
Las autoridades de Riad han aportado desde entonces 5.000 millones de dólares a Egipto, repartidos entre una donación de 1.000 millones, un depósito en el Banco Central Egipcio de 2.000 millones y otros 2.000 millones en productos energéticos como petróleo y gas.
Las fuerzas de seguridad egipcias arrestaron ayer a 423 personas en El Cairo en el marco de la jornada de movilizaciones convocada por la Alianza contra el Golpe de Estado para conmemorar el 40 aniversario de la guerra que enfrentó a Egipto con el Estado israelí.