El Gobierno libio denunció ayer que su ciudadano Abu Anas al Libi, acusado por Estados Unidos de pertenencia a Al Qaeda y de participar en los atentados contra las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania en 1998, fue secuestrado, y que no estaba al corriente de la operación militar llevada a cabo el sábado en Trípoli por un destacamento de fuerzas especiales Delta, del Ejército de EEUU, con apoyo de CIA y del FBI

Según una fuente cercana al detenido, «fue secuestrado cerca de su domicilio después de la oración del alba». El portavoz del Pentágono, George Little, dijo que estaba «en un lugar seguro fuera de Libia». El secretario de Estado, John Kerry, aseguró que EEUU «jamás dejará de perseguir a culpables de actos de terrorismo».

Trípoli pidió a Washington «explicaciones» por este operativo y expresó su «deseo de ver a los ciudadanos libios juzgados en su país, sean cuales sean las acusaciones contra ellos». Recordó que Libia está vinculada a EEUU por una «cooperación estratégica», en el especial, en el terreno de la seguridad y de la defensa. «El Gobierno espera que esta cooperación no se vea afectada por este incidente».

Por otra parte, el Destacamento 6 de las fuerzas especiales SEAL de la Marina de Guerra -la misma unidad que en 2011 mató a Osama bin Laden- asaltó antes del amanecer del sábado una residencia a 240 kilómetros al sur de Mogadiscio. El objetivo, al parecer, era la captura o muerte de Mukhtar Abu Zubeyrl, líder de Al Shebab. Los soldados se aproximaron a la costa en un buque mercante y desde allí llegaron a la playa de Baraawe en lanchas rápidas. Pero tuvieron que retirarse antes de tiempo por la fuerte resistencia de Al Shebab.