Pekín intenta desactivar los diferendos territoriales en el Mar de China Meridional
China presentó ayer una rama de olivo en la cumbre de los países del sureste de Asia. Lo hizo mostrando su compromiso por la paz en el Mar de China, objeto de diferendos marítimos con sus vecinos
GARA | BANDAR SERI BEGAWAN (BRUNEI)
«Debemos trabajar conjuntamente para hacer del Mar de China Meridional un mar de cooperación, paz y amistad», aseguró el primer ministro chino, o Keqiang en el contexto de la cumbre anual de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) en Brunei.
China quiere «asegurar la libertad de navegación» en la región, afirmó el número dos del régimen chino, escenificando la ofensiva diplomática que protagoniza China en la zona aprovchándose de la ausencia forzosa del presidente de EEUU, Barack Obama.
El inquilino de la Casa Blanca, que ha tenido que anular una importante gira regional por razón de la crisis presupuestaria, es considerado por algunas cancillerías de los países del sudeste asiático como el último bastión para contrarrestar las pretensiones chinas.
Pekín reivindica su histórico control sobre casi todo el Mar de China Oriental (que le debe su nombre), un cruce de rutas marítimas vitales para el comercio mundial y reserva potencial de hidrocarburos.
Estas reivindicaciones provocan la oposición de algunos países, capitaneados por Vietnam y Filipinas.
Giro negociador de Pekín
Hasta ahora China había apostado claramente por negociaciones bilaterales con cada uno de los países, lo que, según sus detractotres, podía beneficiarle dado su creciente peso no solo mundial sino regional.
Pero Pekín parece haber evolucionado y se muestra abierto sonre la cuestión. A mediados de setiembre, China prometió discusiones «progresivas» con la ASEAN sobre el conflicto. Se creó entonces un grupo de trabajo encargado de realizar «consultas concretas» sobre los diferendos marítimos.
En un histórico discurso la semana pasada ante el Parlamento indonesio, el presidente chino, Xi Jinping, prometió una resolución pacífica del conflicto en el Mar de la China Meridional. Ayer Li abundó en la misma idea, afirmando que China estaría «dispuesta a trabajar con otros países... para formular un código de conducta». El presidente filipino, Benigno Aquino, ha reconocido «ciertos progresos».
Para hoy se espera la presencia de EEUU, que defenderá la posición japonesa en el diferendo de las isla Senkaku (Diaoyu para los chinos).