La VII Jornada Forokoop presentó y debatió sobre la economía de iniciativa social. El acto estuvo organizado por el Consejo Superior de Cooperativas de Euskadi (CSCE) y la Confederación de Cooperativas de Euskadi (Konfekoop) en colaboración con la Red de Economía Alternativa y Solidaria (REAS).

Como se explicó, el cooperativismo de iniciativa social es «un sector aún desconocido», pero que, por otro lado, «está siendo el gran protagonista del despegue de servicios sociales, culturales, educativos y de crédito más innovadores». Su importancia es creciente y ya representa el 6% del total de cooperativas. Lo que trata de poner en valor es a la persona por encima de la economía de mercado. De esa manera, el éxito está asegurado, aunque todos los intervinientes confirmaron que «es difícil», pero admitieron que en épocas de recesión económica «estas fórmulas, pegadas más a la realidad, permiten una mayor resistencia que las demás empresas».

María Ubarretxena, presidenta del Consejo Superior de Cooperativas, avanzó que esa fórmula es idónea «porque las personas son protagonistas dentro de la empresa». Carlos Askunze, coordinador de REAS Euskadi, remarcó la aproximación que se ha producido entre «el movimiento cooperativo de iniciativa social con las organizaciones del tercer sector y sus redes». Esa realidad está activando procesos y engranajes que están dando valor a iniciativas importantes.

La parte más interesante corrió a cargo del debate entre iniciativas sociales que han adoptado la formulación coope- rativa. Estuvo moderado por Luis Guridi, doctor en Economía por la UPV-EHU y director del Instituto de Estudios sobre Desarrollo y Cooperación Internacional, Hegoa. Participaron desde el Grupo Servicios Sociales Integrados (SSI) que gestiona servicios de atención a la dependencia, a la alta exclusión social y a la urgencia social, hasta el Grupo Peñascal o el grupo Koopera, que se dedica a actividades ambientales de reciclaje, movilidad, jardinería, construcción y consumo sostenible. También estuvieron presentes la experiencia de Colabora Bora o de la banca ética Fiare, integrada ya en Banca Popolare.

«Todos activos»

Cada uno mostró el camino que han adoptado. Josetxo González, director de Desarrollo del Grupo Koopera, explicó que el paso hacia el cooperativismo se produjo «bajo la convicción de que todos somos capaces de ser activos en proyectos sociales». Mientras que Karmele Acedo, de SSI, reconoció que las ideas iniciales del cooperativismo, de la participación de las personas, del reparto del trabajo, la participación de la mujer y la devolución de los beneficios que se logran a la sociedad, «se consiguen». Sin embargo, mostró un cierto escepticismo, porque en su sector, que depende de los concursos públicos, «un día estás y al otro te has quedado sin nada. Entra y sale mucha gente de nuestro grupo», precisó la responsable del grupo SSI.

El Grupo Peñascal se transformó de una fundación a un grupo cooperativo. Nació en el barrio bilbaino del mismo nombre para promover la inserción laboral, debido a la elevada exclusión social. Andrés Fernández de Mendiola destacó el «desarrollo que hemos conseguido y avanzamos en este mundo».

El caso de mayor éxito se encuentra en banca ética Fiare, que se ha integrado en el proyecto cooperativo Banca Popolare de Italia. Peru Sasia, consejero de ese grupo, destacó que el esfuerzo de «ese germen que se puso en 2002 cuando nadie hablaba de alternativas al sistema financiero, que después hemos visto que ha sido el origen de la crisis, ha permitido avanzar por medio de una amplia base social que día a día tiene más cuerpo y presencia».

Por último, Francisco Javier Moreno presentó el grupo Colabora Bora, dedicado a la creatividad y comunicación, y llamó a «ser valientes y atrevidos».