La Corporación Mondragon dio a conocer ayer la postura oficial del grupo a través de un comunicado, en el que destacó «la validez y fortaleza de su modelo cooperativo, basado en el protagonismo de las personas y en la solidaridad».

En su nota, Mondragon repasa sus principales magnitudes económicas que confirman «la eficacia del modelo en un contexto de crisis generalizada con una fuerte destrucción de puestos de trabajo». Asegura que al conjunto de cooperativas, «autónomas y jurídicamente independientes» les unen «unos mecanismos de solidaridad, que han servido de apoyo mutuo en el pasado y que serán señas de identidad en el futuro».

El grupo no aclara en su comunicado cuántos puestos de trabajo de Fagor Electrodomésticos estima que se podrán salvar, aunque una fuente autorizada indicó ayer que intentarán mantener en torno a mil empleos a través de «recolocaciones» y el mantenimiento de alguna línea viable dentro de la empresa, que cuenta en Euskal Herria con 1.800 trabajadores.

Entre las magnitudes económicas que facilitó Mondragon ayer en su nota, figura que Fagor Electrodomésticos representa un 8,1% de las ventas del conjunto de las cooperativas. Mondragon, que reivindica su condición de primer grupo industrial vasco y décimo del Estado español, cuenta en la actualidad con 289 entidades, de las cuales 110 son cooperativas y emplea a 80.321 personas -el 42% en Euskal Herria, el 40% en el Estado español y el 17 % en el resto del mundo-.

«No era para tapar deudas»

Entretanto, el lehendakari, Iñigo Urkullu, afirmó que su Gobierno tiene la «tranquilidad de conciencia» en lo que respecta a su actuación para tratar de salvar a Fagor y añadió que ha trabajado desde su llegada al poder hace diez meses para intentar que hubiera una solución.

«Hemos hecho las cosas como las teníamos que hacer desde el día 17 de diciembre», manifestó Urkullu y puntualizó que los fondos y avales que prestó el Ejecutivo de Gasteiz, que suman unos 50 millones de euros, no fueron destinados a «tapar deudas», sino a un plan de viabilidad que presentó la Corporación Mondragon. «Las ayudas y los avales que ofreció el Gobierno vasco o lo que hubieran sido las aportaciones al fondo Elkarpen -mecanismo de ayuda a empresas en el que colaboran las Diputación, Kutxabank y Lagun Aro- no eran para tapar deudas, sino para un plan de viabilidad que se nos presentó por parte de la Corporación», explicó Urkullu.