Los dos clubes vizcaínos llegan a este parón liguero -aunque Kukullaga ha pedido adelantar su partido de la próxima jornada y jugará en Valencia el sábado- sin haber descubierto todavía en que zona de la clasificación les corresponderá pelear.

Kukullaga tiene la sensación de que ha merecido más puntos de los 3 que ha sumado en estas 6 primeras jornadas. El aspecto negativo de sus bajas en la primera línea ha facilitado también que el peso recaiga prácticamente sobre 8-9 jugadoras, que mientras las fuerzas aguantan se están mostrando muy competitivas.

Pero en su propia pista no acaba de ganar un partido. La derrota ante el Rocasa era previsible, pero el empate con el Cleba y la derrota por uno ante el Porriño le han hecho daño. Capítulo aparte merece el punto que reclama de su visita al At. Guardés (23-22 en el acta, aunque el video del partido, facilitado por el club gallego, demuestra que el verdadero resultado fue 23-23), pero el club de Etxebarri tiene muy pocas esperanzas de que se modifique.

Margen de mejora. Zuazo ha incorporado jugadoras valiosas para su proyecto como Alexandra Gil, Etxabe o Cobo, y a Jorge Dueñas como entrenador, pero la negativa tácita -que no oficial- de la Federación Española para que se sentara en el banquillo, por su condición de seleccionador, introdujo un factor anómalo que por fuerza influye en el rendimiento del equipo.

Con este inconveniente, Zuazo ha dado muestras de que puede subir un escalón respecto a la pasada Liga, pero le falta confirmarlo con resultados. La fase de adaptación de sus nuevas jugadoras, que le dan mayor poder defensivo y más variedad a su juego de ataque, ha coincidido con dos visitas a pistas que más adelante quizá habrían sido más asequibles -derrota por uno en Castelldefels y empate en Valladolid-. Las próximas jornadas aclararán sus opciones.