Un modelo a imitar que nadie sigue. Esa frase se convirtió durante décadas en un clásico tan arraigado como la propia presencia del Eibar en Segunda A. Y lo sigue siendo en su regreso a la categoría de plata, aunque parece que la situación empieza a cambiar lentamente.

Así lo aseguró ayer el presidente de la Liga de Fútbol Profesional Javier Tebas, que realizó una visita de cortesía a Ipurua. Tebas se congratuló por el retorno a Segunda A del club armero, al considerar que «dignifica el fútbol profesional». Llegó a catalogarlo de «club grande porque eso no debe medirse en ingresos o en masa social, sino en gestión y situación económica», y recordó, en este sentido, la importancia del «modelo Eibar» en el trabajo que se ha realizado en los últimos años en la LFP de cara a «establecer un modelo de control económico» cuyos resultados empiezan a verse. «Es una expresión que se utilizaba mucho en los debates cuando se empezaba a trabajar en esto» y que «nos estamos esforzando en generalizar».

Destacó, en este sentido, la paulatina reducción de las deudas de los clubes con las arcas públicas o avances quizá más visibles como la limitación impuesta a los clubes de la Liga Adelante, cuya partida de gastos destinada a las fichas no puede sobrepasar los límites estipulados por la propia LFP. Algo que, en opinión de Tebas, «garantiza una competición más leal» en la que, por ejemplo esta temporada, la gran mayoría de los equipos se mueven en una horquilla de entre 2'5 y 3'2 millones de euros de gasto.

Coincidió Álex Aranzabal en haber encontrado «una casa más ordenada y también más habitable que la de antaño. Seguimos siendo un club pequeño, somos la ciudad más pequeña en Segunda A y el club con menor número de socios en la categoría. Y eso te condiciona pero menos que antes», cuando, como recordaba el presidente azulgrana, el Eibar competía en desigualdad de condiciones precisamente por esforzarse en mantener sus cuentas saneadas. Recordaba, en este sentido -no quiso dar nombres pero basta con tirar de hemeroteca-, «el traspaso de un delantero que marcó muchos goles con nosotros. Tuvimos muchos problemas para cobrar, pero ese mismo año aquel equipo subió a Primera y nosotros bajamos a Segunda B». Un tipo de situación que, al parecer, no se daría tan fácilmente en la actualidad gracias a la expansión del «modelo Eibar».

Un futuro incierto

Y, sin embargo, un ejemplo de gestión como el azulgrana puede ver su futuro comprometido. Como reconoció Tebas, el paso del Eibar por Segunda B acarreará una «readaptación de su capital social», que actualmente es de 400.000 euros. Una comisión mixta adscrita al Consejo Superior de Deportes establecerá en las próximas semanas la nueva cuantía que el club deberá satisfacer si quiere mantener la categoría.

Tocará, salvo sorpresa, ampliar capital, una misión especialmente complicada para una localidad con menos de 30.000 habitantes y en plena crisis económica. Tebas explicó que la futura Ley del Deporte será más flexible con este tipo de situaciones cuando se trate de entidades saneadas como el Eibar. Pero su aprobación «no llegará a tiempo», admitió, aunque aseguró que «entre todos no dejaremos que el Eibar pierda la categoría por esto».