El Gobierno chino sospecha que el incidente del pasado lunes en el que un vehículo arrolló a peatones en la plaza de Tiananmen de Pekín, matando a cinco personas, incluidos los tres ocupantes del vehículo, fue un atentado kamikaze. El vehículo se estrelló contra un guardarraíl del puente Jinshui, que atraviesa el foso de la Ciudad Prohibida y arrolló a varias personas antes de incendiarse. Al menos 38 resultaron heridas.

«Parece un ataque suicida premeditado», dijo una fuente con conocimiento directo del asunto, bajo condición de anonimato. Los medios chinos se divulgaron la versión de la agencia oficial Xinhua, sin ofrecer imágenes. La Policía busca a dos personas originarias de Xinjiang, donde los uigures son la etnia mayoritaria, en relación con un «incidente de importancia».