Miles de islamistas volvieron ayer a salir a la calles en las principales ciudades de Egipto en protesta por el juicio contra el depuesto presidente Mohamed Morsi, que empezará el lunes, en medio de fuertes medidas de seguridad.

Bajo el lema «juicio a la voluntad del pueblo», los seguidores de Morsi (derrocado por un golpe de Estado el pasado 3 de julio) comenzaron las manifestaciones tras el rezo musulmán del mediodía.

Algunas de las marchas fueron reprimidas por la policía. El portavoz de los Hermanos Musulmanes, Islam Taufiq, aseguró a Efe que las fuerzas de seguridad emplearon gases lacrimógenos y dispararon con pistolas de perdigones para dispersar a los manifestantes en el barrio de Sidi Bishr en Alejandría, donde al menos cuarenta personas resultaron heridas y 45 fueron detenidas.

La policía también reprimió las manifestaciones en el barrio de Al Omraniya, en el suroeste de El Cairo, y en la población de Al Zaqaziq, en el delta del Nilo.

Por otra parte, el Ejército egipcio anunció la captura de un dirigente yihadista y a otros 35 supuestos combatientes en una redada llevada a cabo en la península del Sinaí.