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EEUU defiende su alianza con Egipto pero pide suavizar la represión

El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, subrayó ayer la voluntad de Washington de mantener la alianza estratégica con Egipto y con las nuevas autoridades surgidas del golpe de Estado del pasado julio, pero demandó al nuevo régimen acciones que limpien su imagen suavizando la represión sobre los Hermanos Musulmanes. De esta forma, confía en desbloquear la parte de la ayuda militar que ha congelado.

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GARA | EL CAIRO

En su visita relámpago a Egipto, el secretario de Estado de EEUU, John Kerry garantizó a las autoridades surgidas del golpe del pasado 3 de julio que Washington está dispuesto a colaborar con ellas. En esta primera visita tras el golpe, anunciada casi por sorpresa dentro de su gira, Kerry intenta reconstruir losvínculos entre ambos aliados, estratégicos desde los tiempos de la dictadura de Hosni Mubarak. El golpe de Estado y la represión de los Hermanos Musulmanes, expulsados del poder, han hecho tambalearse estos lazos, pero Kerry quiso dejar claro ayer que Estados Unidos. «amigo» y «socio» de Egipto, se compromete a «trabajar conjuntamente y a seguir la cooperación con el Gobierno interino», según aseguró en una rueda de prensa con su homólogo egipcio, Nabil Fahmy.

EEUU apoyó durante tres décadas a Mubarak e hizo de Egipto un aliado estratégico en la región. Tras el levantamiento militar que acabó con el Gobierno electo del islamista Mohamed Morsi, se resistió a calificarlo de golpe de Estado, intentado mantener la alianza con el nuevo poder golpista. Pero el pasado mes de octubre suspendió parte de la ayuda militar a El Cairo, la mayor con excepción de la de Israel (1.300 millones de dólares),

Ayer el secretario de Estado indicó que «las relaciones americano-egipcias no pueden reducirse a la asistencia», y añadió que «la ayuda americana directa al pueblo egipcio continuará para ayudar a luchar contra el terrorismo».

De esta forma, Washington se guarda un elemento de presión para condicionar la agenda egipcia. Así, las demandas a las autoridades egpicias pasaban sobre todo por una mejora de su imagen, que le diera una marca democrática.

De hecho, poco después uno de los responsables del Departamento de Estado que viaja con Kerry aseguró que «este insistió en que el estado de emergencia, que expira el próximo 14 de noviembre, no sea prolongado». Añadió que la represión que se está llevando a cabo es inapropiada y que las autoridades debían «tender la mano a los Hermanos Musulmanes y a otros».

El presidente egipcio, Adly Mansur, explicó a Kerry que no ha hecho uso de los poderes que le otorga el estado de emergencia, aparte de la imposición de un toque de queda nocturno. Aunque Mansur no se comprometió a dar ningún paso, el responsable estadounidense afirmó que «el tono fue positivo».

Kerry también pidió a las autoridades impuestas por el Ejército que respeten los derechos humanos y las libertades.

De la misma forma, demandó que la hoja de ruta establecida por el Ejército se lleve a cabo (continúa en la página 18)con una «transición democrática» que «incluya a todas las partes», en un momento en el que el Estado continúa la impalcable represión contra los Hermanos Musulmanes, que ha supuesto cientos de muertos y detenidos, todos sus dirigentes en prisión, su organización ilegalizada y las ayudas públicas anuladas.

Kerry pidió elecciones «libres y justas» y estimó que «cuando la hoja de ruta se lleve a cabo, podremos juzgar mejor».

De esta forma, determinará cuándo «será posible levantar la congelación de ciertos equipos militares», explicó un responsable del Departamento de Estado.

Por su parte, el ministro de Exteriores egpicio, Nabil Fahmy, que había calificado las relaciones con EEUU como «tensas», opinó que «tras las conversaciones con el secretario de Estado americano hay buenos indicadores que muestran que bucacamos retomar las relaciones de forma positiva».

La visita de Kerry tuvo lugar solo unas horas antes de que hoy comience el juicio contra el derrocado presidente Morsi y el secretario de Estado también pidió «un juicio justo» para los acusados.

Kerry solicitó al ministro de Exteriores egipcio, que el actual Gobierno en funciones haga todo lo posible para detener la violencia en el país y garantice «juicios justos y transparentes» a los acusados.

Además, del ministro de Exteriores y el presidente, el secretario de Estado se reunió con el verdadero poder en el país, el general Abdel Fattah al Sissi, jefe del Ejército.

Alianza con Arabia Saudí

La breve escala en Egipto fue la primera etapa en una gira de doce días que le llevará por Arabia Saudí, Israel, Palestina, Jordania, Emiratos Árabes Unidos, Argelia y Marruecos.

Ayer mismo llegó a Riad donde también le espera la tarea de recomponer las deterioradas relaciones con otro aliado estratégico.

Arabia Saudí ha mostrado su disgusto por la falta de intervención militar en Siria y la apertura de la vía diplomática en el contencioso con Irán.

Este malestar quedó patente con el rechazo de la monarquía petrolera a sentarse en el Consejo de Seguridad de la ONU, un gesto dirigido directamente a Washington.

«No tenemos buenas relaciones con Estados Unidos», escribía ayer el editorialista del diario Al Riad, que expresa un putno de vista cercano al de la dinastía gobernante.

«Actualmente existen divergencias que podrían acentuarse pero sin llegar a una ruptura», añadió el diario, subrayando que la crisis siria es «un punto de encuentdro o de distanciamiento» entre Arabia Saudí y Estados Unidos. Sin embargo, diplomáticos europeos consideran que esta tensión no tendrá gran impacto sobre las relaciones de ambos países, ya que ningún otro estado podría sustituir a EEUU para asegurar la seguridad del reino saudí.

La monarquía árabe apoya militarmente a la oposición armada contra el Gobierno sirio. «Existe un descontento por la actitud americana y el mensaje ha sido recibido», estima el analista saudí Abdel Aziz al Sagr.

En este contexto, Kerry va a reafirmar la naturaleza estratégica de las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudí» que se mantienen, pese a las turbulencias, desde la década de los 30 del siglo pasado, según la portavoz de Kerry, Jennifer Psaki.

Riad también mostró este malestar con el rechazo a recibir al enviado de la ONU para el conflicto sirio, Lakhdar Brahimi, en su reciente visita por Oriente Medio, con la que ha intentado vencer las resistencias para celebrar la conferencia de paz denomianda Ginebra 2.

Arabia Saudí rechaza la participación de Irán en esta conferencia, una postura que fue ayer asumida por la oposición siria. Para los saudíes, una posible salida sería la participación en Ginebra de la Organización de Cooperación Islámica, de la que Irán forma parte, según Ben Sagr, presidente del Gulf Research Centre.

Según el «Wall Street Jorunal», los responsables de los servicios de Inteligencia saudíes afirmaron a los europeos su intención de reducir su cooperación con la CIA para armar a los insurgentes sirios y trabajar más con el Estado francés y Jordania.

Además de la guerra siria, Kerry hablará con las autoridades saudíes sobre Egipto y sobre la negociación con Irán sobre el programa nuclear del país persa. El grupo 5+1 (los países del Consejo de Seguridad más Alemania) se reuniurá con las autoridades iraníes los próximos jueves y viernes en Ginebra.

Kerry excluye a Al Assad de una solución

El Gobierno sirio acusó ayer al secretario de Estado estadounidense, John Kerry, de seguir «haciendo declaraciones que conducen al fracaso de la conferencia de Ginebra 2, incluso antes de que esta sea convocada». Kerry declaró ayer que el presidente sirio, Bashar al Assad, no puede ser parte del futuro de Siria. El secretario de estado apuntó que «nadie sabe cómo poner fin a la guerra con la presencia de Al Assad». El Ministerio sirio de Exteriores consideró estas palabras «una injerencia flagrante en los asuntos sirios y una agresión al derecho del pueblo sirio de determinar su propio futuro». Por su parte, el líder de la Coalición de la Oposición siria, Ahmad Jarba, manifestó ayer su negativa a acudir a Ginebra 2 a menos que haya un calendario claro para la salida de al Assad. Tras una reunión de emergencia de los países miembros de la Liga Árabe en El Cairo, Jarba rechazó además la presencia de Irán en la mesa de negociación. Por su parte, la Liga Árabe pidió a la oposición que nombre una delegación y acuda a la cita y exigió la formación de un gobierno transitorio en Siria para que la conferencia tenga éxito. GARA

TÚNEZ

La Presidencia tunecina anunció ayer la prolongación del Eestado de emergencia, en vigor desde la revolución de enero de 2011, hasta junio de 2014, en un contexto de crisis política y crecientes ataques yihadistas.

JORDANIA

El rey Abdalá II prometió en el Parlamento jordano continuar con las reformas que lleven hacia la formación de un «gobierno parlamentario», aunque no hizo ninguna mención a la oposición islamista, que boicoteó las elecciones del pasado enero en protesta contra la ley electoral.

BAHREIN

Tras cinco horas de interrogatorio centrado en una exposición sobre violaciones de derechos humanos, la Fiscalía bahreiní ordenó la puesta en libertad con cargos del secretario general del partido Al Wefaq, el más importante de la oposición, Alí Salman, al que acusa de un delito de insultos al Ministero del Interior.

Morsi defiende su legitimidad como presidente y advierte de que la crisis egipcia beneficia a Israel

El expresidente egipcio Mohamed Morsi se reivindica como presidente legítimo del país y asegura que no está implicado en la muerte de manifestantes durante la revuelta contra él que culminó con su derrocamiento en un golpe de Estado el pasado 3 de julio, según transcripciones de conversaciones en prisión publicadas por el diario egipcio «El Watan».

Hoy comienza el juicio contra Morsi por estas acusaciones en la misma academia policial que alberga el actual proceso contra el expresidente Hosni Mubarak. Junto a Morsi serán procesados otros catorce dirigentes de los Hermanos Musulmanes por el Tribunal Penal de El Cairo, presidido por el juez Ahmed Sabri. Entre los procesados se encuentran el vicepresidente del Partido Libertad y Justicia (PLJ) -brazo político de la Hermandad-, Esam el Arian, y el miembro de su Ejecutiva Mohamed Beltagui.

«Rechazo que me consideren imputado porque los procedimientos para juzgar al presidente de un país son completamente diferentes, según la Constitución. No estoy implicado en la muerte de manifestantes y eso es lo que les diré a los jueces», argumentó Morsi según «El Watan», que difundió además las primeras fotografías de Morsi en prisión desde la asonada que acabó con su mandato. El diario egipcio publica las transcripciones de tres conversaciones entre el expresidente y destacadas personalidades políticas egipcias y extranjeras desarrolladas en prisión, como la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Catherine Ashton.

Morsi subraya que la situación actual en Egipto beneficia a Israel aunque matiza que «no tengo información para acusar a nadie».

Por su parte, los Hermanos Musulmanes advirtieron de que el pueblo egipcio protestará «de manera multitudinaria» contra el juicio al expresidente «para demostrar a todo el mundo que no puede renunciar a su voluntad y legitimidad, sea cual sea el precio». En ese sentido, acusaron a las autoridades interinas -a quienes califican de «golpistas terroristas sangrientos»- de secuestrar y esconder a Morsi, que permanece en paradero desconocido desde su destitución y de juzgarlo con cargos falsos. GARA

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