La AN maniobra y estudia pasar al TS la aplicación del fallo de Estrasburgo
El presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, Fernando Grande-Marlaska, propuso ayer posponer la decisión sobre cómo aplicar el fallo europeo que invalidó la doctrina 197/2006 hasta que se pronuncie el Tribunal Supremo, cuya próxima reunión tendrá lugar el 12 de noviembre. Tras estos movimientos parece haber un intento del Estado de retrasar unas excarcelaciones que no puede evitar.
Alberto PRADILLA | IRUÑEA
La Audiencia Nacional española podría dejar en manos del Tribunal Supremo la aplicación de la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo, que invalidó la doctrina 197/2006. Esto es lo que ayer propuso el presidente de la sala de lo Penal, Fernando Grande-Marlaska, quien planteó una maniobra con la que lograrían dilatar algo más en el tiempo las excarcelaciones a las que obliga Europa. En principio, el pleno del tribunal especial tenía previsto reunirse este mismo viernes, 8 de noviembre, para abordar los primeros recursos (entre seis y ocho, según fuentes jurídicas, al que habría que sumarle el de Joxepa Ernaga, aplazado hace dos semanas). No obstante, Grande-Marlaska, movió ayer ficha y preguntó a los 16 magistrados que estarán presentes en la sesión si aceptan que sea el Alto Tribunal, que se reúne el martes 12, y no la Audiencia, quien fije el criterio.
Marlaska habría justificado su petición con el intento de «guardar la necesaria unidad jurisdiccional», tal y como indicaban ayer agencias españolas. Básicamente, lo que viene a explicar en la ampliación del orden del día remitido ayer a los magistrados es que la decisión del TS podría ser vinculante, por lo que cabría la posibilidad de «aplazar» los asuntos pendientes en la AN relacionados con la doctrina 197/2006. No obstante, fuentes de la propia Audiencia Nacional consideraron que estos movimientos obedecerían al intento de los magistrados conservadores de ralentizar excarcelaciones como la de Inés del Río o José Manuel Piriz. Cabe recordar que, aunque todos los jueces votaron a favor de la primera de las excarcelaciones, en el segundo caso ya hubo un voto particular que apuntaba al TS como fórmula para retrasar el proceso. Todo ello en un contexto en el que la contundencia de los autos emitidos por la AN (y que recordaban que el fallo de Estrasburgo es de obligado cumplimiento para todos los casos similares) generaron cierta sorpresa en determinados ambientes judiciales. Estos serían ahora quienes intentan dilatar unas decisiones que deberán adoptar con carácter general.
Marcados por el lobby ultra
Pese a la maniobra de Marlaska, nada puede hacer pensar que la Audiencia Nacional o el Supremo se negasen a aceptar órdenes tan claras como la del fallo de Estrasburgo. Ni siquiera si se tiene en cuenta que estos últimos fueron quienes avalaron la doctrina 197/2006 en un primer momento o que dentro de su composición, los conservadores son mayoría. Lo que sí que está claro es que la estrategia del Estado español, en la que tienen mucho peso la opinión de lobbies ultras vinculados a determinadas organizaciones de víctimas de ETA, apunta a ralentizar el proceso. Esta es una exigencia que los jueces ya han escuchado por boca de portavoces como Ángeles Pedraza, presidenta de la AVT y que ha criticado duramente a los togados por entender que respondieron con excesiva celebridad al TEDH en el caso de Del Río.
Por el momento, lo único que parece claro es el interés de Madrid en alargar un proceso cuyo final ya se conoce de antemano. Un camino cuyo propio alargamiento constituye, según denuncia la abogada Amaia Izko, «un atentado contra el derecho a la libertad».
La Ejecutiva del PSN aprobó ayer por la tarde una declaración institucional para señalar que «solo en manos de UPN está la recomposición de esta situación creada por sus insidias y mentiras», al impulsar mociones contra la sentencia de Estrasburgo. Tras destacar que «la derrota de ETA se hizo sin precio político alguno», destaca que «UPN ha roto lo básico por intentar obtener un rédito electoral».
Horas antes, los votos en contra de UPN y PP rechazaron en el Parlamento navarro una declaración institucional apoyada por Bildu, Aralar-NaBai e I-E en la que se subrayaba que las instituciones españolas deben acatar el fallo del Tribunal de Estrasburgo. El PSN volvió a negarse a participar en una votación.
La declaración abogaba por un pronunciamiento claro y expreso contra las campañas de desprestigio contra el Tribunal de Estrasburgo y destacaba que el Estado español debía cumplir su sentencia en el marco del Convenio Europeo de Derechos Humanos. Además, reclamaba que el Parlamento navarro instara a Madrid a cumplir todas las recomendaciones de Amnesty International.
Los portavoces de UPN y PP, Carlos García Adanero y Enrique Martín, señalaron que sus formaciones acatan la sentencia de Estrasburgo, aunque la critican. Por ello, calificaron de «obviedad» pedir que las instituciones españolas la cumplan.
Patxi Zabaleta (Aralar-NaBai) consideró «un verdadero escándalo» que UPN y PP votasen en contra acatar una sentencia de Estrasburgo, mientras que Maiorga Ramírez (Bildu) destacó la necesidad de «avanzar en el respeto a los derechos humanos» para dar pasos hacia la reconciliación. José Miguel Nuin (I-E) destacó que la sentencia es de obligado cumplimiento. Martxelo DÍAZ