Iker Bizkarguenaga | Periodista
Horchata de chufa
Esta semana se ha decretado el cierre de otro medio de comunicación en el Estado, en este caso un ente público como es Canal 9. Sostienen los ejecutores que había que elegir entre televisión o educación y hospitales, y han optado por mantener estos, un argumento razonable si no proviniera de un gobierno que ha gastado 150 millones -acaba de licitar otros 25- en un aeropuerto fantasma, sin licencia de vuelo, y que ha construido una pista de Fórmula 1 en plena ciudad de València con un coste total de 300 millones. Por poner dos ejemplos de una gestión que puede pasar como ejemplo perfecto para definir el latrocinio.
Lo ocurrido con RTVV, que, por otra parte, durante años ha sido utilizada como correa de transmisión ideológica del PP y ariete contra la identidad del País Valencià dentro de la realidad nacional que conforman los Països Catalans, es el último capítulo en la degradación de la gestión institucional en aquella tierra, donde el envilecimiento y la corrupción acabarán teniendo denominación de origen.
Sin embargo, me produce escozor la condescendencia con la que en este país solemos recibir este tipo de noticias, con una especie de superioridad moral que no acabo de ver justificada. Como si estos asuntos fueran propios de otras latitudes, más cálidas, y nos pillaran lejos.
Cuando resulta que en Nafarroa gobierna un partido que se ha cepillado una caja de ahorros como quien ve llover -lo de las dietas es casi anecdótico-, mientras se gasta un pastizal en un circuito de carreras en Los Arcos y pone el dinero que no tiene para construir un ramal del TAV entre Iruñea y Castejón.
Y en la parte occidental, el Departamento de Medio Ambiente va a gastar otros 350 millones en obras para el trenecito de marras mientras las ayudas al euskara menguan cada año y los recortes se presentan impepinables. Y eso que la conexión con Hendaia se anuncia para 2032, como pronto; y por el sur, qué decir. Acabaremos teniendo un carísimo tren entre Irun y Castejón. Al tiempo. Por no hablar de la Supersur, Iberdrola, el agujero de Bidegi, los swaps... Para dar lecciones estamos.
Resulta que el jueves Iñigo Urkullu y Yolanda Barcina mantuvieron su primera reunión oficial, un cordial y maratoniano encuentro de diez minutos en el que, visto lo visto y con el viento sur que soplaba en Iruñea, supongo tuvieron tiempo de tomar una horchata de chufa.
Mare meua, quina colla...