Villa Aranda 25

Anaitasuna 26

Nueve jornadas ha necesitado Anaitasuna para estrenarse a domicilio con una primera victoria foránea que certifica que la escuadra navarra vuelve a coger la onda liguera al encadenar dos triunfos consecutivos. Eso sí, con el mismo sufrimiento con el que se produjo frente al Cuenca lo fue ante el Villa Aranda, que vendió cara su derrota.

El positivo resultado se fraguó mediada la segunda mitad cuando los anfitriones comenzaron a dar muestras de cansancio -jugaron la Copa entre semana en Pozoblanco- y los de Aitor Etxaburu aprovecharon muy bien tal circunstancia y encontrarse en superioridad con la exclusión de Rasero.

Tres goles consecutivos de Reig, Goñi y Garza -este último al borde del pasivo- materializaron un parcial favorable de 0-3 y un 20-23 en el electrónico que, a falta de once minutos para el final, hacía abrigar muchas esperanzas. Sin embargo, varios errores y pérdidas tontas de balón permitieron que los locales volviesen a igualar el marcador, una tónica que fue constante prácticamente durante todo el envite, ya que hubo hasta quince empates provisionales.

Un lanzamiento exterior de Borragán -fue el máximo anotador del conjunto blanquiverde, aunque también protagonista de varios fallos- a falta de veinte segundos para el final propició la victoria final visitante. No solo el lateral derecho estuvo atinado en ataque, también Reig, que ayer sí se buscó huecos ante una defensa que no supo maniatarlo, y Bernatonis, que se echó al equipo a sus espaldas con varios obuses cuando peor cariz tomaba el encuentro.

Ello no habría sido posible si Anaitasuna no hubiera estado también serio en defensa, con un intenso Garza y un Capón que detuvo balones decisivos, especialmente en el último tramo, en un partido en el que estuvieron bien ambos guardametas, ya que Xavi Díaz también destacó en el primer tiempo.