Gipuzkoa Basket se dio un gustazo al derrotar con todas las de la ley a Bilbao Basket en Illunbe. Los hombres de Sito Alonso sacaron chispas a una gran primera mitad y supieron aguantar la presión bilbaina en los últimos minutos. Y cuando hizo falta que apareciera alguien para cerrar el partido, Jason Robinson se elevó para clavar un triple que certificaba la segunda victoria liguera de los donostiarras. Bilbao Basket, por su parte, se afianza en su condición de farolillo rojo liguero, puesto que sigue contando sus partidos por derrotas. Y si esa presión no fuera bastante para Pueyo y los suyos, Jackie Carmichael ayer tampoco dispuso de minutos.

Después de los primeros compases, en los que Kavaliauskas y Doblas se hicieron daño en ataque, empezó a decantarse el partido. Fueron los triples de Ramsdell y Winchester los que abrían el camino para los locales, mientras que su rival tardaba hasta la segunda mitad hasta clavar lanzamientos desde más allá de los 6,75 metros. Bertans, Raül López y Hervelle, los más entonados de Bilbao Basket, anotaban sus tiros lejanos poniendo un pie sobre la línea que delimita el triple, mientras que sus rivales se procuraban esos tiros desde más lejos.

Un pequeño detalle, como el de los rebotes ofensivos. Bilbao Basket acabó igualando los guarismos reboteadores -de hecho, capturó más, y empató a 12 en el apartado de los rechaces de ataque-, pero al descanso perdía por 9 a 3 en esa estadística. «¡No podemos permitir que lancen tres veces a canasta en cada ataque!», bramaba Rafa Pueyo en un tiempo muerto. Y lo hacía con razón, porque los donostiarras acababan metiendo un triple tras varias sesiones en las que mantenían el balón a base de rebotear en el aro rival.

Sin disponer del balón, sin poder jugar al ritmo que más les convenía, los hombres de negro se veían con una desventaja de 16 puntos, con Robinson, Hanley o el propio Raúl Neto gustándose en anotación. Hasta en asistencias doblaba al descanso Gipuzkoa Basket a los vizcainos: 12 a 6. El 50-34 hacía justicia a lo que se veía en Illunbe.

Bertans y Hervelle al rescate

Acuciados por la necesidad de ganar, los hombres de negro salieron de los vestuarios con mucha mayor predisposición a defender. Ya en la primera jugada, los de Rafa Pueyo robaban un balón, aunque luego no conseguían anotar.

Esa jugada resultó ser la metáfora perfecta de este tramo del duelo. Los hombres de negro conseguían frenar la sangría anotadora y además cargaban de personales a Doblas y Olaizola, los únicos pívots de Gipuzkoa Basket. Sin embargo, su desventaja caía a cuentagotas. Mumbrú parece estar entrando en un bache y a Gabriel le costó aportar. Así pues, entre Hervelle -sobre todo al rebote- y Bertans -que se ganó una técnica tras acabar una contra con su segundo mate de la noche- tenían que liderar la remontada.

Solo cuando los triples bilbainos entraron, al inicio del último período, pareció verse algo de esperanza en el seno visitante. A Gipuzkoa Basket se le agotaba la gasolina, pero hacía lo imposible por mantenerse arriba. Bilbao Basket llegó a ponerse a cuatro puntos, 75-71, pero a costa de hacer un esfuerzo físico que le pasó factura.

Ya en el último minuto, y con 77-71, Robinson puso la puntilla. Se levantó en las narices de Mumbrú clavando un triple que decidía el partido. A partir de ahí, fiesta en el Donostia 2016 Arena y caras largas en el seno de un Bilbao Basket que pagó muy caro su mala primera mitad. Justo lo contrario a lo que le sucedió a Gipuzkoa Basket.