La actitud del PP vasco marcó la celebración del Día de la Memoria. La formación derechista evidenció su reticencia a reconocer a todas las víctimas de motivación política al no secundar ayer los actos previstos en el Parlamento de Gasteiz y en las Juntas Generales (JJGG) de Gipuzkoa, donde tuvo lugar una sencilla ofrenda floral. El sábado tampoco se habían sumado al acto del Ayuntamiento de Donostia.

En su lugar, los dirigentes del PP, encabezados por la presidenta del partido, Arantza Quiroga, acudieron a un evento convocado por la Diputación foral de Araba, las JJGG del herrialde y el Ayuntamiento de Gasteiz. En este homenaje, en el que también participaron representantes locales de PNV y PSE, se recordó la memoria de las «víctimas del terrorismo», dejando a un lado a todo el resto.

Dicho acto, en el que el diputado general de Araba, Javier De Andrés, apostó por «redoblar nuestros actos de apoyo a las víctimas de ETA», puso de manifiesto la posición excluyente del PP, que por contra sí participó en la ofrenda convocada por el Ayuntamiento de Bilbo en el parque de Doña Casilda, donde se dieron cita representantes de todas las formaciones políticas.

Fue la excepción. Debido al desmarque del PP, esa imagen de unidad no se repitió en el exterior del Parlamento autonómico ni en los jardines de las JJGG de Gipuzkoa. Aquí, la presidenta de la Cámara foral, Lohitzune Txarola, que defendió la necesidad de «recordar a todas las víctimas del conflicto», trasladó al PP que «el proceso de paz hay que ir construyéndolo entre todos». Markel Olano (PNV) y Julio Astudillo (PSE) también censuraron la actitud de estos junteros, que paradójicamente el año pasado sí acudieron a este acto.

Urkullu y el Suelo Ético

Por su parte, el lehendakari, Iñigo Urkullu, que estuvo presente en el homenaje del Parlamento, se desplazó luego al Campus de Leioa para celebrar el Día de la Memoria. Durante su intervención allí, citó el «principio básico» del denominado «suelo ético». «La paz y la convivencia requieren el reconocimiento de la injusticia de la violencia, el reconocimiento del daño causado, y la dignidad de las victimas, todas ellas merecedoras del derecho a la verdad, la justicia y la reparación», señaló.

En opinión de Urkullu, este principio, aprobado el pasado mes de marzo en el Parlamento de Gasteiz, es «una semilla de acuerdo para la memoria y la convivencia». «La memoria para la paz es construcción ética, construcción educativa y construcción del consenso», añadió Urkullu.