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Onces iniciales fallidos y jugadores relevantes desaparecidos

Se necesita más que un «revulsivo»

Los 23 puntos cosechados por los de Valverde siguen sin responder a la pregunta de cuál es la propuesta futbolística de este equipo.

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Joseba VIVANCO

¿Carne o pescado? Hummm... ¿Puntos o juego? Hummm... En esas se debate la afición rojiblanca tras la quinta remontada en el nuevo San Mamés, de las que tres han acabado en victoria y dos en empate. El escritor Jorge Luis Borges, antifutbolista militante, sostenía que «el fútbol en sí no le interesa a nadie. Nunca la gente dice `qué linda tarde pasé, qué lindo partido vi, claro que perdió mi equipo'. No lo dice porque lo único que interesa es el resultado final. No disfruta del juego». Se nota que el argentino no conocía al Athletic, ni a su afición, ni su estadio. A lo mejor quizá a Joaquín Caparrós. Ayer, alguna reseña periodística sobre el día después de otro ¿épico? triunfo, calificaba de «botín» esos preciados 23 puntos que suman los bilbainos, como si se tratara de insensibilizados filibusteros. Y quizá el término refleje aunque solo sea en parte esa equilibrista sensación de que este Athletic de Ernesto Valverde sigue arrojando muchos interrogantes; el equipo y el técnico.

Salvo el socio rojiblanco que se sentaba en el banquillo granota y un poco el injustamente expulsado Aritz Aduriz -amén de la procesión por dentro de los Beñat y Muniain, Herrera al margen-, a eso de las diez de la noche del sábado nadie salió de San Mamés disgustado, como nadie se levantó de delante del televisor de casa amohinado o dejó la barra del bar sin un guiño cómplice a los amigos. Pero muchos, la mayoría, no las tienen todas consigo. «Como diría Caparrós, firmaría con sangre rojiblanca otros 23 en los 13 siguientes», bromeó Ernesto Valverde sabedor de que los suyos siguen jugando con fuego.

Han transcurrido ya unas cuantas jornadas desde aquellas primeras remontadas y la frase de algún león de que los puntos sirven para atemperar las críticas sigue teniendo la misma validez que entonces. Apelar a la heróica de estos jugadores como hizo su técnico, a que nunca se rinden, al mérito que supone volver a voltear otro resultado adverso, es tanto como dejar en evidencia que este Athletic, con la plantilla que atesora, los futbolistas que tiene y el juego que se le presupone, tenga que echar mano de un futbolista como Toquero para sacar adelante sus partidos. Y eso que esta vez el revulsivo fue otro lampiño, el de Arrigorriaga, que no solo marcó el empate sino que mostró al equipo el camino a seguir.

Con un parón de dos semanas de por medio, la visita al asequible Málaga y la recepción al dubitativo Barcelona, esos 23 puntos son oro puro. Pero un oro que no debe deslumbrarnos.

Ernesto Valverde tiene que ser el primero en no estar contento con lo que ve. O eso debemos de suponer. Tirar por la borda primeros tiempos en San Mamés y partidos enteros fuera de casa no parece una táctica ni siquiera perpetrada por Helenio Herrera y sus mejor diez que con once. Porque es como si este Athletic se sostuviera vivo gracias a una dinámica positiva de esas en que te sale todo -o casi todo-, eso que algunos llaman tener flor y en este caso San Mamés. ¿Pero hasta cuándo?

Épica frente a juego

Porque jugar, jugar, este Athletic juega lo justo. A ratitos. Por minutos. Esperando si a alguno de los que saltan al césped se le prende la lucecita, como aquel día a Ibai Gómez, o fiándolo todo a Iraizoz o al imán goleador de San José o últimamente al de Rico. Dice Valverde que quiere que jueguen más rápido, que la velocidad les favorece. A lo mejor podrían dar un gol del ventaja al rival, como en el patio del colegio para después echar mano de la ¿épica? Vamos, como que uno ya se imagina una remontada copera ante el Celta.

A lo mejor resulta que la afición de Txingurri no es la fotografía sino el piano y sigue sin dar con las dichosas teclas, o que los jugadores no atinan con lo que el técnico quiere, a lo mejor es que este equipo va a jugar así en casa y de la otra manera fuera y hay que ir acostumbrándose a otro estilo entre Caparrós y Bielsa; a lo mejor... Que nadie tiene ni idea. ¿O se atreve alguno a adivinar qué Athletic veremos en La Rosaleda? Vamos, tanto o más difícil que acertar el once titular, ese que está dejando en evidencia al propio Valverde, que se supone pone a los que mejor ve, pero que luego defraudan.

Está claro que todo lo que se diga ahora serán análisis sesgados en cuanto que todavía faltan seis jornadas para el final de la primera vuelta, trayecto justito para hacer un balance más objetivo. A Ernesto Valverde se le juzgará por lo que dé de sí este equipo, pero al final de temporada. Y entonces ese balance pondrá la lupa tanto en puntos como en juego, incluso si los primeros siguen allá por mayo atemperando a lo segundo. De momento, este Athletic sigue estando en la pole liguera y con opciones, pero aunque Borges sostenga lo contrario, al menos aquí al aficionado le gusta pasar una buena tarde de fútbol y ver un «lindo» partido, y de paso quedarse con los tres puntos.

Y si el juego de los rojiblancos no convence ni lo más mínimo, qué decir de las alineaciones que presenta el de Viandar de la Vera, que apenas le duran 45 minutos. Él tiene su gran cuota de responsabilidad, pero también la tienen en quienes deposita su confianza. Beñat, Herrera, Muniain, De Marcos... Ni mucho menos, por `h' o por `b', están dando el nivel que se espera de jugadores tan fundamentales.

El centrocampista de Igorre estaba y está llamado a liderar el fútbol de este equipo, que de momento lo sostienen dos gregarios de lujo como Rico e Iturraspe. Eso y se supone que ese arma secreta llamada Toquero, que ha dejado de ser el `lehendakari' para ser el `revulsivo'. Vamos, casi como Patxi López. La cuestión es que Valverde necesitará algo más que un `revulsivo' para convencer a la afición. Incluso sacando otros 23 en 13 «con sangre rojiblanca», como bromeaba. Porque que se sepa, Borges no era socio del Athletic.

goles de cabeza

El Athletic echa mano de su histórico ADN y ya es el equipo con más goles de cabeza en esta Liga junto al Valladolid: son siete en total, dos de Mikel Rico y Aduriz, y uno de Laporte, San José y De Marcos.

Aduriz ya es el jugador actual del Athletic expulsado más veces, cinco

Mientras se aguarda a que el club pueda presentar alegaciones a la cartulina roja que vio Aritz Aduriz al filo del pitido final, el donostiarra se ha convertido ya en el jugador del actual Athletic que más veces ha sido expulsado vistiendo la camiseta rojiblanca. Fue su quinta tarjeta colorada, tras haber sido enviado a vestuarios antes de tiempo tres veces en la campaña 2006-07 (ante Celta, Madrid y Osasuna) y una en la 20112-13 (Rayo Vallecano). Hasta ahora estaba empatado con 4 expulsasiones con Gurpegi, pero con esta quinta iguala a Aitor Ocio, Felipe Guréndez, Javi Martínez e Isma Urzaiz. Amorebieta lo fue 11 veces. J.V.

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