Iñaki LEKUONA | Periodista
Homenaje a los insumisos
Hoy, la República comienza a conmemorar el centenario de la Gran Guerra. Es cierto que hoy no es más que el 95 aniversario del armisticio y que hasta 2018 no se redondeará la fecha, pero los franceses, ya se sabe, pueden llegar a ser concienzudamente empalagosos hasta con las contiendas bélicas. Y como el año que nos espera será el encargado de cumplir el siglo del comienzo de la I Guerra Mundial, en París han decidido no esperar más, desesperando al mundo entero si hiciera falta.
Porque la Patria de los Derechos Humanos es así, un elogio a la ética, un monumento a la retórica y un desolador solar en la práctica. Por hoy no faltarán los discursos sobre el valor y el honor de aquellos combatientes, sobre la sangre derramada por la libertad y por la patria, sobre las trincheras que ha enterrado la construcción europea. No faltarán las flores sobre cada uno de los monumentos que pueblan cada uno de los pueblos del hexágono. Incluso se entonarán marsellesas, aquí mismo, en este rincón del Pirineo desde donde fueron obligados a ir al frente miles de euskaldunes que no sabían más que su lengua y que, por supuesto, el concepto de patria les quedaba tan lejos como el de libertad.
Pero quién se acordará de esos insumisos, esos que se negaron a combatir en una guerra que no era la suya y que tuvieron que exiliarse o morir fusilados por ello. Esos que una vez en el frente, ante tanta barbarie, decidieron mutilarse para regresar a la retaguardia donde creyeron estar a salvo y que fueron recibidos con el paredón como castigo por traición. Esos que repudiaban la guerra y a los que todavía hoy no se les ha rendido ningún homenaje.