BILBO
La Guardia Civil irrumpió ayer tarde en al menos quince herriko tabernas ubicadas en distintos puntos de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa, en cumplimiento de la orden de la Sala del 61 del Tribunal Supremo. La operación se llevó a cabo de forma coordinada y apresurada: casi todos los registros tuvieron lugar al mismo tiempo.En Leitza, por ejemplo, más de 30 agentes entraron al local a las 14.45 y no lo abandonaron hasta dos horas después. Según relataron a GARA, identificaron a todos los presentes, al tiempo que se impedía la entrada a la plaza donde está ubicada la herriko a la treintena de vecinos congregados para conocer de primera mano lo que ocurría. Indicaron que se llevaron un ordenador, varias cajas con direcciones de presos políticos y pegatinas, así como la agenda del bar y un CD de música.
En el barrio iruindarra de la Txantrea, dos agentes de paisano, un representante judicial y tres agentes con material represivo irrumpían en Zurgai donde sólo estaba el camarero a las 14.00, mientras que la entrada de la herriko era custodiada por más guardias civiles.
Tras permanecer en el interior 45 minutos, se llevaron un ordenador y dinero. Por la tarde, la Policía española cargó contra 150 personas que se manifestaban en protesta del operativo. A última hora, las personas que atendían a un herido a consecuencia de los porrazos barajaban la posibilidad de trasladarle a un hospital, debido a su edad y a las lesiones que presentaba. También de Ipargorri, en Errotxapea, se llevaron diverso material.
El instituto militar también entró al interior de dos locales situados en la Parte Vieja y en el barrio de Gros de Donostia.
En Durango, eran las 15.30 cuando la Guardia Civil llegaba en cinco vehículos a la herriko; no se marchó hasta las 19.15. La mayoría de los clientes fueron identificados antes de ser desalojados. Indicaron que los agentes entraron con actitud «chulesca y nerviosa», y se incau- taron de algún material (aún sin precisar). Por la tarde, 200 personas participaron en una manifestación espontánea.
Según indicaron desde Zarautz, a Musika Plaza donde está la herriko se acercaron cuatro patrols. Los vecinos que se encontraban en el establecimiento fueron identificados y puestos de cara a la pared. Registraron los bolsos de varias personas y después todos menos uno fueron desalojados.
Otros dos guardias civiles entraron a las 14.30 en la herriko de Agurain, en la que se encontraban dos camareras que fueron identificadas. Poco después, se sumaban a ellos otros seis agentes encapuchados junto a un agente judicial. Tras dar lectura al auto, se dedicaron durante tres horas a realizar el inventario, incautándose después de un disco duro informático, así como de CDs musicales. Ya por la tarde, 50 vecinos se denunciaron lo ocurrido.
En el barrio bilbaino de Santutxu, los agentes entraron en la herriko a las 15.30. En el interior se encontraban el camarero y un cliente, que fueron puestos contra la pared, cacheados e identificados. Después sólo retuvieron allí al trabajador. En el exterior, se concentraron unas 50 personas portando lemas como «Alde hemen- dik, utzi bakean» o «Si ésta es vuestra paz no la queremos». Se identificó a varias personas.
Además de «registrar» otros locales en Burlata, Tutera, Tafalla y Altsasu, la Guardia Civil cortó la calle Ramiro de Maeztu de Gasteiz, donde se encontraban anteriormente la sede de Batasuna y la herriko taberna: se desplazaron cinco patrullas y numerosos agentes de paisano. Registraron la herriko desde las 16.00 hasta las 18.00. Para ello, después de llamar por telefóno a varias personas explicando que eran agentes policiales y pidiendo que se personaran allí para abrirles la puer- ta el local está cerrado desde hace tiempo, tuvieron que llamar a un cerrajero. Más tarde, 100 personas realizaron una asamblea.
La de Portugalete fue la primera sede a la que entró la Guardia Civil en Bizkaia. A las 15.15 tres patrol y seis agentes encapuchados de paisano acudían al lugar, pero al encontrarlo cerrado, se valieron de mazas y cortafríos para acceder al interior. Al no conseguirlo, utilizaron como entrada la ventana.
Dos horas y media después, tras «grandes destrozos», salían de allí con CDs de música, pins, algo de ropa y dinero. La Ertzaintza les custodió mientras cerca de 50 personas les increpaban. Testigos relataron que un agente llevaba una camiseta de la selección vasca, otro portaba un pin de Txomin Iturbe y que se comieron algunos pinchos. El local quedó precintado, pero por la tarde, mientras 200 personas se manifestaban contra lo ocurrido, dos agentes de paisano quitaron rápidamente el precinto.
Más de tres años después
Horas antes, el Supremo había ordenado que se procediera de inmediato a entrar en las herrikos para proceder a inventariar todos los locales y bienes de HB, EH y Batasuna, en el proceso de liquidación de bienes que se sigue en ejecución de la sentencia de ilegalización dictada en marzo de 2003, de modo que esta medida ha sido llevada a cabo de forma más bien extemporánea.
El auto responde al acuerdo alcanzado por unanimidad por la Sala del 61 en su reunión de la semana pasada, en el que afirma que en el informe realizado por los tres liquidadores de la Agencia Tributaria nombrados por el Alto Tribunal para proceder a liquidar los bienes aparecen indicios de la vinculación de las herrikos con Batasuna. La resolución, eso sí, precisa que la entrada autorizada «no afectará, por sí sola, al funcionamiento de las herrikos como establecimientos de hostelería». En el auto también pide a Garzón que envíe «testimonio íntegro» del sumario en el que investiga a Batasuna en lo relativo a las herrikos.
