El miércoles 24 de Enero se hablaba de que la Sección Primera de la Audiencia Nacional estudiaba decretar la prisión atenuada a Iñaki de Juana Chaos, tras la advertencia de los médicos sobre su gravísima situación y el riesgo que corría su salud si tenían que volver a alimentarle por sonda nasogástrica, que obliga a estar al paciente doce horas atado de pies y manos, ya que desconocían las consecuencias de una nueva alimentación forzosa, que podría causar un fatal desenlace. Así mismo, caso de no recibir alimentos, el desenlace sería también mortal. Antes de esa huelga de hambre (hoy se cumplen 81 días desde su inicio) pesaba 86 kilos. Actualmente su peso es de 52 kilos.

Jueves 25 de enero. La Audiencia Nacional debe decidir hoy sobre el preso. Parece que la mayoría de la Audiencia está a favor de la prisión atenuada. Una parte de los magistrados incluso aconseja concederle la libertad provisional ya que los informes médicos son muy preocupantes pues advierten que la salud del detenido ha entrado en una fase crítica. Los tres jueces a los que correspondería decidir están a favor de la prisión atenuada. Comienza entonces una macabra danza de recogida de firmas para exigir un Pleno de la Sala de lo Penal protagonizada, cómo no, por el sector más conservador de la Audiencia.

Viernes 26 de enero. La polémica ha estallado. El Pleno de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha decidido, con el voto favorable de doce magistrados y el voto en contra de cuatro, que siga el régimen de reclusión. Es un hecho anómalo, una decisión sin precedentes la que se ha adoptado en el Pleno, meticulosamente preparado para evitar que los tres jueces a los que correspondía la decisión optaran por excarcelarle. Esos jueces emitieron un voto particular defendiendo que «el valor de la vida prevalece cuando entra en conflicto con los fines de la prisión provisional».

La trayectoria judicial es seriamente preocupante en este país, y la actitud con el preso Iñaki de Juana Chaos es absolutamente despiadada y cruel. Hay que recordar, pese a la desmemoria de los tiempos, que de Juana Chaos (a pesar de su intenso historial delictivo) había ya cumplido la totalidad de la pena impuesta por los Tribunales en 1987, por lo que debía quedar en libertad, creo, en octubre de 2004. Este mes se cumplen veinte años de su ingreso en prisión, dos más de los que le correspondían.

Ante la inminente excarcelación, al aguardo de su puesta en libertad se pusieron en marcha aceleradamente todos los mecanismos y excusas para que permaneciera en prisión perpetua. De la chistera de los magos salieron estúpidas e insostenibles ideas sin ninguna consistencia. Al final se sacaron de la manga que había escrito dos artículos en GARA que podían constituir un delito de amenazas por el que se le pedían 96 años de cárcel que, tras el juicio, quedaron rebajados a doce. El incumplimiento de su puesta en libertad tras la condena y el absurdo de su nueva acusación fue lo que le hizo comenzar esa huelga de hambre que está a punto de costarle la vida.

Estamos frente a un miembro de ETA que utiliza la palabra y no las armas para defender sus reivindicaciones y que lo hace mediante la protesta no violenta (recordemos que fue Ghandi, el padre de la no violencia, el primero en utilizar la huelga de hambre). Sin embargo, eso no va a servir de nada. Nuestro democrático Estado de Derecho, ese Estado de derecho donde la separación de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial no existe y ni siquiera guarda ya las apariencias que tranquilicen nuestras conciencias, va a dejarle morir sin inmutarse, jaleando incluso su muerte como hacen todos esos que, amparándose en lo que ellos llaman justicia, ejercen lo que jamás debería aplicar un verdadero Estado de Derecho: la venganza.

La sentencia por el delito de amenazas de De Juana Chaos no es firme, ya que ha sido recurrida ante el Supremo, por lo que podría darse el caso de ser absuelto y que muriese. Iñaki Anasagasti, portavoz del PNV en el Senado, ha dicho algo muy lúcido que refleja la barbaridad de lo que está ocurriendo: «Si muere de Juana Chaos, se habrá aplicado, indirectamente, la pena de muerte». -