Una nueva jornada sangrienta en Irak se salda con 124 muertos
Irak vivió ayer otra brutal jornada de ocupación. Un atentado contra un mercado chií de Bagdad se saldó con al menos 102 muertos y más de 200 heridos, cifra que se esperaba aumentara con el paso de las horas, y diversos ataques en diferentes puntos de país acabaron con la vida de más de una veintena de personas. El Ejército de EEUU informó de la muerte de cinco de sus soldados en las últimas horas.
Una cadena de ataques y atentados en el norte y centro de Irak dejó al menos 121 víctimas mortales y llevó a algunas autoridades locales, como las de Kirkuk y Mosul, a imponer el toque de queda para tratar de evitar más derramamiento de sangre.
El más sangriento de los atentados registrados ayer ocurrió a primera hora de la tarde en un mercado chií de Bagdad. En él fallecieron al menos 102 personas y otras 215 resultaron heridas por la explosión de un camión-bomba cargado con una tonelada de explosivo, según el Ministerio del Interior.
El camión, que llevaba oculto el explosivo bajo una caja de verduras, se encontraba estacionado en el momento de la explosión y al deflagrar destrozó tiendas y locales comerciales situados en la puerta exterior del mercado de Sadriyah, que se encontraba abarrotado de gente. La zona donde está el mercado está habitada mayoritariamente por kurdos y chiíes y se encuentra muy cerca del barrio chií de Ciudad Sadr.
Otras veintidós personas más -cinco marines- fallecieron y 45 resultaron heridas en atentados e incursiones militares contra grupos armados en zonas al norte y sur de la capital, según informaron fuentes policiales.
Diez policías
En sendos ataques contra dos puestos de control policial y militar en la ciudad de Samarra murieron diez agentes de la seguridad iraquíes y otros nueve más fueron heridos. Fuentes policiales indicaron que un grupo de hombres armados atacó un puesto de seguridad, matando a seis agentes e hiriendo a seis más, mientras que un asalto insurgente contra un control del Ejército iraquí en una carretera al sur de Samarra dejó cuatro militares muertos y tres heridos. En el primero de los ataques murieron también tres insurgentes.
Asimismo, la explosión de cinco coches-bomba y dos artefactos explosivos en distintos lugares de Kirkuk, al norte de Bagdad, causaron la muerte de al menos tres personas y heridas a otras veintiuna, según la Policía.
Las mismas fuentes informaron de que uno de los vehículos, conducido por un kamikaze, se empotró contra la sede del Partido Democrático del Kurdistán, liderado por el presidente Masud Al Barzani, causando la muerte a dos personas y heridas a 16. Otro de los coches, que estalló en una estación de gasolina, mató a una persona e hirió a cuatro más. Los tres restantes deflagraron cerca de un colegio, que estaba vacío por ser fin de semana, en las inmediaciones de una mezquita y en un área comercial. Además, estallaron dos explosivos y un sexto coche fue desactivado por artificieros.
Otro atentado con coche-bomba en Al Mahmudiya causó la muerte de un civil e hirió a otros nueve.
Por otra parte, el Ejército estadounidense informó de la pérdida de cinco soldados: dos de ellos, en combate el Al Anbar; otros dos, en un atentado con bomba al sur de la capital iraquí, y un quinto, de un infarto.
Mercenarios, segunda fuerza
Entre 30.000 y 50.000 mercenarios contratados en diversas partes del mundo participan en distintas labores en Irak, lo que les convierte en la segunda fuerza militar tras las tropas de EEUU, que tiene más de 140.000 efectivos, y por delante de las británicas, con 10.000 soldados, según declaró un represetante de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
La contratación de estos mercenarios es posible gracias a enormes irregularidades y a vacíos legales.
Un camión-bomba con una tonelada de explosivo estalló a primera hora de la tarde en el mercado de Sadriyah, ubicado en una zona de Bagdad mayoritariamente chií, cuando estaba abarrotado de gente.
En la ciudad de Kirkuk, en el plazo de dos horas estallaron cinco coches-bomba y dos explosivos, que causaron un total de tres víctimas mortales. Un sexto vehículo fue desactivado, según fuentes policiales.
Ali Sistani llama a la unidad de los musulmanes
Coincidiendo con la trágica jornada que vivieron ayer los iraquíes, el ayatolá Mohamed Ali Sistani, máxima autoridad religiosa chií del país, instó a chiíes y suníes iraquíes a unirse y a rechazar la violencia sectaria, que en los últimos doce meses ha dejado miles muertos en el país.
En su primera declaración en varios meses, Sistani subrayó la necesidad de que los seguidores de esas dos ramas del islam en Irak «fortalezcan sus lazos de amistad para convivir pacíficamente, con respeto, y sin tensiones sectarias, sean los que sean sus objetivos".
En ese sentido, el anciano dirigente religioso mostró su decepción frente a la «existencia de algunas personas y círculos -que no identificó- que trabajan para consagrar la separación, la división y la profundización de las discrepancias sectarias entre los musulmanes".
Asimismo, pidió «evitar el planteamiento de polémicas sobre diferencias de credo fuera del marco de una investigación científica seria y ponderada".
Ali Sistani, que instó a «evitar el fanatismo sectario", advirtió de que la violencia sectaria que sacude Irak «beneficia a los enemigos codiciosos, que desean controlar a los países islámicos y apoderarse de sus riquezas".
