Claudio Bravo mostró ayer su deseo de olvidar lo que calificó como «mi mayor disgusto. Me fui muy molesto a casa. Pero un mal día lo tiene cualquiera, Casillas también lo tuvo, pero él tuvo un error y yo dos y perdimos y por eso fue más notorio. Eso ya quedó atrás, fue una mala jornada y hay que mirar adelante. Viene un partido que hay que ganar cueste lo que cueste».

El chileno no quiso buscar excusas en su dura semana con un largo viaje de ida el lunes a Venezuela y otro de vuelta a Donostia el jueves con los consiguientes trastornos con los cambios horarios. Preguntado al respecto, manifestó que «si hubiera llegado mal físicamente o por el cambio horario no habría jugado. Me sentía bastante bien. El día anterior, aunque se dijo que no me entrené y tuve masaje cuando jamás me hago un masaje, sí entrené y lo hice bien y el sábado me sentía normal. Fue una mala tarde, no más».

Admitía que lo que le está tocando vivir en Donostia «no me había pasado nunca. Me tocó estar arriba y pelear por otras cosas y esta experiencia es nueva. Tuve el sábado una de las peores que me tocó vivir. Otros fines de semana me toco ser la cara alegre, todos hablaban bien de mí. Ahora me toca la otra y todas estas son experiencias que me ayudan a mejorar y mentalmente estoy tranquilo».

Mala racha de errores

Lo cierto es que Bravo lleva una serie de errores importantes tras acostumbrar mal a la afición realista. Si en sus primeros partidos sólo cometió los errores del gol del Atlético de Madrid -achacable a los tacos- y el de Osasuna en partidos en los que los compensó con sus grandes paradas, en los últimos cuatro partidos ha fallado en cuatro goles -en la falta lejana de Villa que no vio, en el despeje del 0-1 del Athletic y en los dos goles del Real Madrid- sin arreglarlo.

Cuando se le preguntó si encuentra razones a ese bajón de rendimiento respondió que «si me hubiese dado cuenta antes lo evitaría... Todos somos humanos y fallamos de vez en cuando. Esta vez me tocó a mí. Siempre está el peligro de cometer errores. Son cosas que pasan y hay que tratar de evitarlas».

Lo peor para él y para la Real es que su actuación más desafortunada llegó en el día más inoportuno. Al margen de todo lo que está en juego en lo deportivo, en lo económico una de las pocas inyecciones que se pueden recibir este verano en la crítica situación actual es la venta del portero chileno y partidos como ése van a bajar su cotización de manera importante.

Bravo también admitía que el del sábado era «uno de esos partidos en los que quieres tener buenas actuaciones y sobresalir y te queda la sensación de amargura por no hacer un buen partido contra este equipo, que es lo más grande del mundo».

Aunque agradecía el apoyo de los compañeros tras su partido, Lotina tuvo unas palabras el lunes en ETB bastante críticas con la actitud de Bravo. Dijo que «yo he tenido varios jugadores chilenos y los conozco bien. Son muy tranquilos y competitivos los domingos, pero durante la semana... Pero estoy tranquilo porque Riesgo es un buen portero y está entrenándose bien».

«Intento hacer lo mejor posible»

Preguntado por estas palabras, el portero chileno dijo que «si él lo ve así, no hay ningún problema. Yo trato de hacer lo mejor posible día a día, pero si él dice eso es respetable». Lotina dijo que quería hablar con él por ese motivo y Bravo comentó que «ha hablado conmigo lo que conversa con todos. Te aconseja, te habla de muchas cosas normales que habla con todos».

Sobre la posibilidad de salir del once en Huelva dijo que «estoy tranquilo. No sé qué pasará. Las decisiones las toma el entrenador y cualquiera que tome es respetable. En el caso de jugar no espero tanto hacer un gran partido porque no tengo que demostrar nada, sino obtener los tres puntos que nos ayuden. Eso es lo principal, jugando bien o mal, con aciertos y errores, ahora hay que ganar como sea. Cada vez quedan menos puntos y menos tiempo, y hay que sacar la mayor cantidad de puntos fuera y en casa. Muchos equipos se han salvado en situaciones similares. Hay opciones y debemos pelear hasta que se pueda».