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El ministro del tropicalismo

Gilberto Gil

Gilberto Gil, principal figura del movimiento tropicàlia junto a Caetano Veloso y actual ministro de Cultura del Gobierno brasileño, repasará cuatro décadas de prolífica carrera la próxima semana en Gasteiz. El artista de Salvador de Bahía ha publicado más de treinta trabajos, en los que ha fusionado los veteranos sonidos de la bossa nova con las nuevas tendencias.

Anartz BILBAO | BILBO

El tropicalismo o tropicàlia, como movimiento renovador de la música brasileña desarrollado al final de la década de los sesenta, tiene en Caetano Veloso (a quien debe su nombre) y a Gilberto Gil a sus máximos exponentes, junto a Gal Costa, Tom Zé o los poetas Torquato Neto y José Capinan. Fusionando y renovando la bossa nova y la música tradicional de Bahía con el rock'n'roll o el fado portugués, el tropicalismo se convirtió en un movimiento clave para entender la música brasileña actual.

El ministro de Cultura de Brasil, figura clave de este movimiento y uno de los máximos exponentes de la música de su país, recalará la semana próxima en la capital alavesa para ofrecer el único de los conciertos programados entre nosotros dentro de la gira europea en la que se encuentra embarcado. Multiinstrumentista (conocido como guitarrista, ha tocado percusión, trompeta y acordeón) y afamado compositor, Gilberto Passos Gil Moreira nació en 1942 en Salvador de Bahía. Comenzó a tocar el acordeón a los 8 años y fue el descubrimiento de Joao Gilberto, a quien escuchó en la radio, lo que lo acercó a la guitarra y a cantar bossa nova. A finales de los 50, el joven Gilberto era un estudiante que formaba parte de Os Desafinados, su primera banda. Pero fue la próxima década la que lo encumbró.

En 1964, año en el que participó en el espectáculo de bossanova y música tradicional brasileña «Nós Por Exemplo», dirigido por Caetano Veloso, la cantante Elis Regina grabó «Louvaçao». La canción había sido compuesta por Gilberto y le supuso el reconocimiento popular, lo que le animó a debutar en solitario dos años después, estableciéndose como intérprete de canción protesta y fusionando la bossanova y la samba con música anglosajona, aunque no despuntó hasta 1969.

Sin embargo, el músico era visto con recelo por la dictadura militar instaurada en Brasil en 1964, quien le tachaba de subversivo debido, argumentaban, a la «mala influencia que sus descubrimientos musicales tenían entre la juventud». Después llegó la trilogía «Gilberto Gil», que incluye algunas de sus mejores composiciones, como «Domingo No Parque» y donde refleja el lado más rockero del tropicalismo, característica de la discografía del bahiano. Exiliado a Inglaterra, junto a Caetano Veloso, durante los tres años de su estancia en tierras inglesas trabajó con bandas como Pink Floyd o Yes, entre otros, antes de retornar en 1972 y publicar el espléndido «Expresso 2222», con los históricos singles «Back in Bahía» y «Oriente».

En 1972 publicó «Barra 69: Caetano & Gil Ao Vivo Na Bahia», un trabajo que unía a los dos nombres principales del tropicalismo en directo en un encuentro de pop y bossanova, rock y salsa. Cuatro años más tarde se fue de gira con otros tres gigantes de la musica brasileira: Veloso, Gal Costa y Maria Bethania, con quienes publicó «Doce Bararos». A finales de los 70 giró por los Estados Unidos de América y se asentó en el jazz con un par de discos y el doble directo «Gil en Montreux», que recogía sus actuaciones en el famoso festival de jazz suizo. En 1979 publicó «Realce», trabajo que muestra el hedonismo que desprende el final de la dictadura e incluye «Nao Chores Mais», versión del tema «No Woman No Cry», de Bob Marley.

A principios de los 80 giró por Brasil con el músico de reggae Jimy Cliff y publicó uno de sus trabajos más aclamados: «Gente Precisa Ver o Luar». En 1985 celebró su vigésimo aniversario musical con «Dia Dorim Noite Neon», publicado en EEUU, y dos años más tarde vio la luz el directo «Gilberto Gil Em Directo», registrado en Río de Janeiro. En la década de los noventa continuó experimentando y mezclando lo ancestral con las últimas tendencias, compaginando su arte con su cada vez más importante actividad política, al ser elegido concejal de su ciudad natal en 1993, año en el que publicó «Tropicàlia 2», con la participación de su compañero Veloso.

En Gasteiz

Su nombramiento como ministro de Cultura de Brasil ha limitado las actuaciones en directo de un artista que refleja una gran preocupación política y social en sus trabajos y ha publicado más de treinta discos en cuarenta de carrera, de los que ha vendido más de cuatro millones de copias. En 2004 lanzó «Electracústico», el último de los múltiples directos que sólo o en compañía ha publicado y que recoge algunas de sus antiguas composiciones junto a versiones de John Lennon o Bob Marley. Su último disco, «Gil Luminoso», de 2006, presenta al artista con la única compañía de su instrumento, en un trabajo de fuerte contenido espiritual que resume los principales momentos de su carrera.

Considerado uno de los pioneros de lo que hoy se conoce como World Music por su fusión de estilos, Gilberto Gil se presentará en Gasteiz acompañado de Sergio Chiavazzoli, a la guitarra; Arthur Maia, al bajo; Jorge Gomes, a la batería; Claudio Andrade, a los teclados; y Gustavo Di Dalva, a la percusión.

«canción protesta", política y ministerio de cultura

Comprometido y activo, el componente político de la carrera de Gilberto Gil ha sido constante en su carrera, desde sus inicios en la «canción protesta» y su temática social hasta la actualidad, en la que ocupa el Ministerio de Cultura de su multicultural y dinámico país. Arrestado junto a Caetano Veloso en 1969 por la dictadura militar -que se hizo con el poder el 31 de marzo de 1964 y perduró bajo el mandato sucesivo de cinco generales hasta 1984-, tras su liberación marchó a Londres para volver en 1972 y continuar con su activismo. En 1993 fue elegido concejal de Salvador de Bahía, su ciudad natal, donde contribuyó a la recuperación del Peleurinho, el famoso centro histórico de la ciudad. En 2003, el gobierno del presidente Lula Da Silva, integrado por un amplio espectro ideológico y social con elevada presencia de negros y mujeres, designó sorprendentemente a Gilberto Gil ministro de Cultura, en un nombramiento no exento de polémica porque el artista militaba en el Partido Verde y no en el Partido de los Trabajadores, aunque había cedido algunas de sus canciones para la campaña electoral de Lula, a quien apoyó públicamente.

A.B.

Ficha

Fecha: Martes 27.

Lugar: Teatro

Principal (Gasteiz).

Hora: 21.00 h.

Precio: 25-40 euros. Agotado parte del aforo (las entradas se están vendiendo a buen ritmo).

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