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El primer puente que unió la «Cicatriz" ferroviaria de Hendaia será derruido

Una nueva urbanización, construida encima de las vías del tren, sustituirá al viejo puente de piedra que desde hace siglo y medio une el centro de Hendaia. En 1864 finalizaron las obras de la línea de ferrocarril que partió en dos el entonces pequeño casco urbano de esta localidad lapurtarra.

Idoia ERASO

La vía del tren partió la ciudad en dos pero trajo mucha riqueza», explica a GARA Jean-François Durandeau, concejal de Medio Ambiente de Hendaia. Durandeau siempre dice con una sonrisa que podría estar horas y horas hablando de la ciudad que le vio nacer. En los 54 años que lleva trabajando en el Ayuntamiento ha visto muchas cosas. Además, vive en uno de los tres edificios de la ciudad que están clasificados como patrimonio arquitectónico: se trata de la casa roja de la zona de Sokoburu que construyó su padre, Edmond Durandeau.

«La línea férrea se terminó en 1864 y el puente de piedra que se construyó con el proyecto que partió en dos la ciudad se hizo entre 1863 y 1864», relata. Asume que la historia sigue su curso y dice que para curar la «cicatriz» que dejó el tren -separando la zona de Irandatz del centro- ahora se está construyendo la urbanización Zubietan, que ocupará el espacio aéreo entre los dos puentes que cruzan por encima del ferrocarril: «143 años de desgarro van a ser reconstruidos parcialmente con el proyecto Zubietan».

El puente que se encuentra más cerca de la estación no correrá la misma suerte. «Se trata de un puente de piedra (el antiguo) recto, es decir, perpendicular a la línea férrea. Por el contrario, el puente que se hizo más abajo y que se integra en el bulevar De Gaulle es un puente de hormigón; por eso pudieron hacerlo oblicuamente sobre la vía, y se podrá conservar», matiza el edil.

Los restos del puente se guardarán como recuerdo histórico: «Vamos a conservar algunas piedras del puente como testigo patrimonial de la historia de Hendaia». Todavía no se ha decidido cuál será el destino del resto de las piedra: «Tal vez colocaremos esas piedras en el jardín de Pierre Loti, en donde se conserban los restos de la fortificación de Vauban». Así, el jardín podría convertirse en una zona patrimonial dentro del paseo que bordea la bahía de Txingudi.

«Cuando hicieron el puente de piedra, querían que fuese una vía de comunicación para personas y para vehículos sobre el gran corte que había hecho en la ciudad la compañía de Midi, que fue la constructora», señala Durandeau. El tren supuso un cambio enorme para la vida de los hendaiarras, tanto por el corte de la ciudad como por lo que supuso a nivel económico, tal y como asevera el concejal: «Cuando llegó el tren, para la ciudad fue como un pequeño muro de Berlín, fue un gran corte y éste era el único puente que atravesaba la vía férrea».

La llegada del tren supuso la ampliación de la villa costera, aunque conviene precisar que una gran parte de lo que ahora se conoce como Hendaia formaba parte de Urruña. «La calle del Comercio y el puente de Santiago estaban dentro del municipio de Urruña hasta que Hendaia se agrandó en 1867», comenta Durandeau. Hubo una segunda ampliación, entre 1896 y 1897, que prácticamente le dio a Hendaia la configuración actual, sumando unas 800 hectáreas. «Antes de la llegada del tren no había gran cosa en Hendaia, el tren fue la clave del desarrollo de la ciudad», reitera.

Turismo y economía

La población aumentó mucho tras la llegada del tren. Entre 1860 y 1880 pasó de 900 habitantes a 2.000; hoy en día tiene más de 14.000 habitantes. Durandeau resalta que con el tren también llegó el turismo a la ciudad costera: «El tren llegó primero a Biarritz, entre 1853-1854, y diez años después llegó a Hendaia. El antiguo casino morisco que está en la mitad de la playa fue construido entre 1882 y 1884. La gente llegaba a la estación del tren y luego bajaba a la playa en el ómnibus».

El turismo trajo consigo el desarrollo económico de la villa lapurtarra. Y el concejal de Medio Ambiente entiende que aquello fue beneficioso: «El desarrollo turístico forma parte del desarrollo económico cuando es deseado y organizado». También se desarrolló el comercio local alrededor de la estación del tren, se abrieron nuevas tiendas y oficinas de bancos. La diferencia de anchura de las vías a ambos lados del Bidasoa también creó mucho trabajo en la estación para cargar y descargar las mercancías de los trenes. Durandeau resume este breve repaso histórico: `El tren cortó la ciudad, pero permitió su desarrollo».

Un camino desde el centro de Irun hasta el de Hendaia

Jean-François Durandeau considera que el nuevo barrio que se está construyendo encima de las vías del tren, Zubietan, «recuperará un espacio olvidado permitiendo la circulación y construyendo el centro junto a la plaza del ayuntamiento, la iglesia y el mercado».

La primera fase del proyecto prevé construir un hotel, varios locales comerciales, viviendas y un aparcamiento, pero la segunda fase del proyecto es mucho más ambiciosa: «El siguiente programa, después de Zubietan, supondría el ensanchamiento del bulevar De Gaulle, que iría hasta el puente internacional y que nosotros queremos acondicionar».

Esta segunda parte entraría dentro de un proyecto más amplio y que supondría hacer un largo paseo desde Zubietan hasta el paseo Colón de Irun. «Sería el centro del Consorcio de Txingudi», destaca Durandeau, en referencia al órgano que integran Hendaia, Irun y Hondarribia. I.E.

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