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Patricia Piccinini juega con los límites de lo real en sus criaturas fantásticas

La artista australiana llega a Artium con su primera gran muestra retrospectiva, «(Tiernas) Criaturas». La escultura, la fotografía y la vídeo-creación de Piccinini evocan a personajes de fantasía que se sitúan entre lo humano y lo irreal. ¿Manipulación genética o mera imaginación?

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Josune VELEZ DE MENDIZABAL | GASTEIZ

«Alguna vez fue posible definir y diferenciar entre natural y artificial, simplemente reparando en lo que era orgánico y lo que era mecánico. Pero hoy en día, sin embargo, no resulta fácil. No me interesa la tecnología en sí sino que la aplico en mi trabajo para reflexionar acerca de lo que supone ser un ser humano». Patricia Piccinini resumió así el contenido de la retrospectiva de sus últimos 12 años, que desde ayer y hasta el 28 de enero se exhibe en Artium.

Animales que cabalgan entre el mono y el cerdo mientras que sus miradas se confunden con las de los humanos, niños rodeados de extraños bichos mutantes o un jardín compuesto por monitores de televisión son algunas de las piezas que Piccinini acerca a Gasteiz en su primera gran muestra monográfica, «(Tiernas) Criaturas».

Ingeniería genética vs moral

Las obras de Piccinini recuerdan a seres que han sido manipulados genéticamente, como si todos aquellos cuerpos sintéticos hubieran sido sacados de un laboratorio científico. «¿Cuál es la naturaleza del ser humano?, ¿Cuál es la responsabilidad del mismo? -preguntó la artista australiana durante la presentación de su obra-. Sólo planteo preguntas. No pretendo hacer juicios morales».

La manipulación genética frente a la ética moral es una de las cuestiones frente a las que se encuentra el espectador ante la obra de Piccinini. Un experto en ingeniería genética de Massachussets consiguió, en 1995, desarrollar un cartílago con forma de oreja humana sobre la espalda de un ratón. Esta idea sirvió a Piccinini para crear su pieza «Protein Lattice», en las que modelos posan junto a una réplica de aquel animal de laboratorio.

Ternura y emotividad

«The young family» es una de las obras que durante más tiempo ha acompañado a la artista en sus exposiciones. En ella se muestra una madre de una especie animal no reconocible que amamanta a sus tres cachorros. Pero la manipulación genética también llega a los objetos como en el caso de «Track babies», dos camiones en edad infantil.

Si bien los engendros que la artista australiana crea pueden provocar cierta repulsa, la figura de los niños en la obra logra infundir ternura hacia estas criaturas. Como ejemplo Piccinini comentó la pieza «Undivided», en la que dos figuras de silicona duermen placentera- mente sobre una cama infantil. «La criatura abraza al niño y es por lo que la imagen despierta un aspecto emotivo», manifestó la autora.

La obra de Piccinini no deja impasible y empuja al debate en el espectador. ¿Ternura? ¿repulsa? ¿es ética la manipulación genética? ¿y la biotecnología en la especie humana?. Son preguntas a las que el visitante tendrá que hacer frente en Artium, ante esas «tiernas criaturas».

METAMORFOSIS

Seres animales con reminiscencias humanas, niños que duermen junto a criaturas de razas irreconocibles, motos que acaban de parir o camiones baby son el resultado de la manipulación genética

Ficha

Lugar: Artium.

Fecha: hasta el 27 de enero.

Artistas: Patricia Piccinini.

Actividades: Conferencia de la autora mañana en el museo; ciclo de cine fantástico del 5 al 25 de octubre, y club de debate en diciemnbre.

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