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El uso de información privilegiada en EADS deriva en un escándalo de Estado

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Las revelaciones sobre presuntos delitos por el uso de información privilegiada por parte de altos directivos del grupo europeo EADS, el fabricante del Airbus, se han convertido en una escándalo de Estado en Francia, que ha salpicado directamente al Gobierno por su sospechoso papel en el caso.

El supervisor bursátil francés destapó el miércoles el «fraude masivo», por el que directivos y accionistas del consorcio aeroespacial europeo EADS consiguieron plusvalías por más de 90 millones de euros vendiendo en bolsa más de 10 millones de títulos de la compañía sabiendo que Airbus iba a sufrir grandes retrasos a la hora de entregar el avión gigante A-380.

La autoridad de los mercados finacieros franceses (AMF) reveló el miércoles un informe demoledor que señala a 21 altos cargos del consorcio.

La lista la encabezan los dos copresidentes de EADS en aquellos momentos, el francés Noël Forgeard y el alemán Thomas Enders, actual presidente de Airbus. También figuran el consejero delegado, Jean-Paul Gut, el que fuera director general, Gustav Humbert, el director general, Fabrice Brégier, así como los dos copresidentes del consejo, Thomas Bishoff y Arnaud Lagardère, por su parte y respectivamente, de los dos accionistas de referencia: DaimlerChrisler y Lagardère. Ambas empresas vendieron en abril de 2006 la mitad de sus paquetes accionariales, un 7,5% del total cada una, justo en el momento en que los títulos de EADS alcanzaron su cotización récord, obteniendo cada una más de 2.000 millones de euros.

La operación contó con la aprobación del entonces ministro de Economía francés, Thierry Breton, que, asegura el informe, había sido aconsejado por fuentes de la empresa de que «dado que EADS se aprestaba a sufrir turbulencias» aprovechara para vender asimismo parte de la participación del 15% que tiene el Estado francés.

Breton, entre otros, ha sido citado por el presidente de la comisión de finanzas del Senado francés a explicar su papel en la operación.

El primer ministro francés, François Fillon, garantizó ayer que «el Estado no se prestó a ninguna maniobra», pero sus manifestaciones no fueron muy convincentes.

El líder del Partido Socialista, François Hollande, indicó que «si el Estado sabía y dejó hacer, si dejó vender a unos y comprar a otros, entonces estamos ante un asunto de Estado».

Al igual que los sindicatos franceses, la central alemama IG Metall exigió ayer conocer la verdad, mientras que Airbus prevé, en su plan de reestructuración el despido de alrededor de 10.000 trabajadores.

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