Algunos vecinos equipararon los sonidos con el del mugido de una vaca; otros, con el de la sirena de un barco. La prueba de alarma realizada ayer en el área cercana al pantano de Itoitz para alertar de un eventual accidente había aumentado la preocupación en los días preceden- tes, y el experimento no sirvió para tranquilizar a los vecinos, sino para todo lo contrario.

El objetivo de la prueba era probar las sirenas instaladas en diversos puntos y que los vecinos identifiquen los sonidos. El Gobierno navarro habló de «normalidad» tras el experimento, en el que se pudo oír la sirena de alerta (que emite sonidos de dos segundos separados por silencios de tres) y el del fin de alerta (sonido continuo de 30 segundos).

Sin embargo, las sirenas no fueron escuchadas por parte de la población en puntos tan sensibles como las fábricas, las escuelas, el interior de los comercios y muchos domicilios. Así las cosas, Nafarroa Bai habló directamente de «auténtica tomadura de pelo» y afirmó que la prueba «ha causado gran preocupación en la mayoría de los ciudadanos de Agoitz» y «ha sumido a la población en la perplejidad más absoluta».

23 terremotos

Mientras tanto, la Coordinadora de Itoiz denunció que la pasada semana se registraron 23 nuevos terremotos, ocho de ellos dentro del embalse.

Este organismo reclamó una vez más al Ministerio de Medio Ambiente «el inmediato y controlado» vaciado del pantano.