La Fundación para Estudios sobre Energía, de cuyo patronato forman parte el Ministerio español de Energía y la Comisión Nacional de la Energía, ha elaborado un documento final que recoge once emplazamientos en todo el área peninsular para almacenar futuros sumideros de CO2 procedente de centrales térmicas. Uno de esos lugares elegidos es el fondo marino frente a Mundaka.

Días atrás se anunció que Industria había reservado un lugar en la plataforma costera vizcaina para ubicar uno de los hipotéticos tanques que el Gobierno español baraja como una de las medidas a medio y largo plazo para almacenar CO2, dentro de su política de lucha contra el calentamiento global.

Finalmente, se sabe que dicha zona se sitúa en Mundaka, siendo el tercero de los emplazamientos elegidos en la costa cantábrica, junto al asturiano de Suances y el cántabro de Llanes. La Fundación encargada de esta elección ha desestimado otros muchos enclaves, hasta dar con los que reúnen las condiciones exigidas: disponer de unas características herméticas y una capacidad de almacenamiento de cien millones de toneladas, o lo que es lo mismo, la producción de una central térmica de carbón a lo largo de treinta años. Cada almacén estará situado a mil metros bajo tierra.

El Consejo de Ministros deberá dar ahora el visto bueno a estos proyectos, ya que de momento su publicación en el BOE sólo supone una «petición de reserva». En cualquier caso, la tecnología de captura y almacenamiento de CO2 no es aún efectiva, y se calcula que no estará lista antes de una década. Los expertos subrayan que estos sumideros no son peligrosos, aunque deben ser herméticos.