Derrota en Cádiz
Dos errores condenan al Alavés a seguir sufriendo
Un balón que se tragó Ardouin con ayuda del viento y una contra tras un córner a favor decidieron un partido en el que los albiazules sólo mantuvieron el tipo hasta el segundo gol gaditano.
GARA | CÁDIZ
El Alavés vuelve a verle las orejas al lobo. El conjunto albiazul no supo dar continuidad a la victoria, tampoco al juego, de la semana pasada, lo que vuelve a condenarle al sufrimiento.
La derrota en el Ramón de Carranza prolonga la mala racha a domicilio de los albiazules -son ya cuatro derrotas consecutivas lejos de Mendizorrotza- y la consecuencia en la clasificación es evidente: el Alavés reduce de nuevo a un solo punto su ventaja respecto a los puestos de descenso y no consigue salir del pelotón que completan Nástic, Ferrol -ambos saldaron la jornada con victorias inesperadas, sobre todo los gallegos- y Las Palmas. La derrota, además, da muchísimo aire al propio Cádiz, que de poder haber sido superado por los gasteiztarras, se colocan ahora cinco puntos por encima. En definitiva, que la próxima cita en Mendizorrotza, frente al Granada 74, vuelve a adquirir tintes de final para un Alavés que, en caso de tropiezo, podría acabar la jornada en puestos de descenso.
Lo peor es que el equipo de Josu Uribe tuvo muy poquito que ver ayer con el que tan bien lo hizo una semana atrás. No es menos halagüeña la sensación de que su rival no tuvo que hacer demasiado, mostrarse efectivo para aprovechar los errores alavesistas, para hacerse con los tres puntos.
La cosa no pintó mal hasta el primer gol andaluz. En un partido bastante condicionado por el fuerte viento, ni Alavés ni Cádiz consiguieron hacerse con el control del juego, por lo que a ninguno de los dos le tocó tampoco sufrir demasiado. El peligro llegó, sobre todo, en acciones a balón parado, como la falta lanzada por Sergio Rodríguez al cuarto de hora, que se marchó rozando el larguero de Contreras. La respuesta llegó con un rápido saque de banda cadista, que Natalio aprovechó para servir un buen balón a Bangoura al que, afortunadamente, no llegó el guineano.
El chispazo, sin embargo, pareció despertar al Cádiz, que no tardó demasiado en romper la igualada. Fue con un centro bombeado de Gustavo López que, ayudado por el viento, se tragó Ardouin para que Natalio cabeceara a las redes.
Esta vez le tocó despertar al Alavés que, en los minutos inmediatamente anteriores y posteriores al descanso, llegó a encerrar a su rival, en busca del empate. Corría el riesgo de las contras y así llegó el segundo y definitivo, resultado de un error y la mala suerte. Error porque Natalio montó el contragolpe tras un córner mal botado por el Alavés y mala suerte porque el remate posterior de Bangoura tocó en Lacen antes de acabar en la portería.
Con dos goles de ventaja, el Cádiz no tuvo problemas para controlar a un rival incapaz de volver a crear peligro.
David Aganzo
Como de costumbre, el delantero peleó hasta la extenuación. El problema es que apenas recibió un balón en condiciones a lo largo de todo el partido.
En su análisis de una derrota que deja al equipo al borde del descenso, Josu Uribe se quejó amargamente de la forma en la que el Alavés encajó un segundo gol que, a su entender, marcó el partido y dejó sin capacidad de reacción a los suyos en toda la segunda parte. «El comienzo del partido ha sido muy complicado para los dos equipos por el viento, hemos entrado bien posicionados y sin sufrir en exceso. Ellos han hecho el gol y a partir de ahí nos ha costado. En la segunda mitad el gol nos ha condicionado mucho. Hemos intentado llevar el peso del partido, hemos intentado atacar pero con 2-0 era muy complicado», declaró el asturiano.
A pesar de que era una descripción bastante ajustada a la realidad, el entrenador albiazul se molestó cuando se le dijo que su equipo no chutó a puerta. «Contreras alguna parada ha hecho, el que diga que no está mintiendo. No han sido muy claras pero alguna opción hemos tenido», se defendió Uribe.
La incapacidad de reacción fue latente y el asturiano se defendió como pudo. «No era fácil, tuvimos el control pero nos ha costado generar ocasiones de gol. Hemos hecho lo que hemos podido desde el banquillo pero no ha sido posible. Ha sido una lástima el segundo gol. Era una estrategia con una falta a favor, con toda la gente arriba, la sacamos en corto y al perder el balón nos hacen el segundo a la contra. Te da mucha rabia porque son goles evitables», se quejó.
«Todos los goles son evitables. En el primero el aire ha despistado a Nico, se lo ha ido sacando y Natalio lo ha aprovechado. El segundo es más evitable, si metemos gente arriba para una falta no la podemos sacar en corto, son cosas que dan rabia, porque hemos terminado el partido sin opciones», agregó.
De cara al futuro, «estoy tranquilo, sé que el equipo va a salir adelante. La mayoría de los resultados se nos han dado bien aunque haya habido alguno que aprieta la tabla. Estamos muchos equipos en muy pocos puntos y tenemos que seguir apretando, repetir en casa el partido que hicimos ante el Sevilla y buscar ese tipo de partidos. La salvación nos va a llegar en casa y es donde tenemos que apretar los dientes y sacar puntos. El del Granada será un partido importante, pero confío en mi gente y sé que van a dar la cara».
GARA
