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Serbia pone sobre la mesa de la ONU su plan de partición de Kosovo

Serbia ha propuesto a la ONU una división administrativa de Kosovo según criterios étnicos que cortaría el paso a los enclaves serbios a las autoridades del nuevo Estado kosovar, lo que evoca, como mínimo, el fantasma de la partición. Envalentonada por las dudas de muchos países para reconocer a Kosovo, Serbia da un paso más en su plan de respuesta a la independencia kosovar mientras sigue dosificando el malestar de la minoría serbia de Mitrovica.

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El Gobierno serbio ha propuesto oficialmente a la ONU una división administrativa de Kosovo según criterios étnicos, lo que constituye la antesala de la partición del territorio, que proclamó su independencia hace poco más de un mes.

Según la propuesta, filtrada ayer por la prensa belgradense, Belgrado ha pedido a la Administración Interina de la ONU en Kosovo (UNMIK) que ceda a las autoridades locales serbias las competencias policiales y de tribunales en el 15% de Kosovo donde son mayoría.

Serbia no reconoce la independencia de Kosovo y utiliza a la minoría serbia en el territorio, concentrada en el norte y en varios enclaves aislados del interior, como ariete contra la independencia declarada por Pristina el pasado 17 de febrero.

La UNMIK fue establecida en Kosovo en 1999, según la Resolución 1.244 de la ONU, que garantizaba la soberanía de Serbia sobre este enclave aunque lo convertía de facto en un protectorado bajo control internacional. La ONU impulsó desde 2006 un proceso de diálogo para consensuar el estatus definitivo de Kosovo. Bloqueado por Serbia y vetado por Rusia, el proceso se consumó con el reconocimiento por parte de Occidente de una independencia supervisada internacionalmente para este enclave balcánico.

En virtud de este acuerdo, la UE tiene previsto asumir en los próximos meses la misión de la ONU (UNMIK) y el Gobierno kosovar se comprometió a garantizar una amplia autonomía a los enclaves de mayoría serbia, e incluso su mantenimiento de relaciones privilegiadas con Belgrado aunque siempre bajo soberanía kosovar.

Serbia amenazó con un plan de acción del que su propuesta de «partición» es por ahora el último capítulo. Los anteriores han sido las protestas, jalonadas por puntuales enfrentamientos violentos, de los serbios de Mitrovica, en el norte de Kosovo. Además, la mayoría de los serbios que trabajaron en las instituciones kosovares han abandonado sus puestos de trabajo como forma de protesta.

La propuesta serbia «de división funcional entre serbios y albaneses» prevé que los policías serbios actúen bajo el mando de UNMIK y respondan ante sus autoridades locales, y también que la población serbia tenga el derecho a tribunales locales. Según el documento, la UNMIK y Belgrado serían responsables de comercio y tránsito libre entre Serbia y Kosovo y los serbios kosovares tendrían el derecho a «establecer su autoridad aduanera» si «una tercera parte impone barreras».

La propuesta fue entregada la semana pasada a la UNMIK por el ministro serbio para Kosovo, Slobodan Samardzic. La sede de UNMIK en Pristina no quiso comentar la propuesta serbia y se remitió a esperar más precisiones desde Belgrado.

ayuda de PUTIN

El presidente ruso, Vladimir Putin, ha ordenado al Gobierno que se prepare para suministrar ayuda humanitaria a la minoría serbia en Kosovo. Serbia ha realizado una demanda en este sentido a su aliado ruso.

Denuncian los bombardeos de la OTAN en su aniversario

Kosovo y Serbia conmemoraron de forma muy distinta el noveno aniversario de los bombardeos de la OTAN en 1999. Mientras que los líderes albano-kosovares instaron a la comunidad internacional a permanecer en la zona para garantizar la seguridad, el Gobierno serbio denunció que la operación de la OTAN tuvo como único objetivo llevar a Kosovo a la independencia.

El primer ministro kosovar, Hashim Thaci, pidió en Pristina a la Fuerza Internacional para Kosovo (KFOR), liderada por la OTAN, que mantenga sus tropas, cuantificadas en más de 16.000 soldados. «El nuevo Estado democrático de Kosovo será un factor clave para la paz y la estabilidad en la región», manifestó.

Por su parte, el primer ministro serbio, Vojislav Kostunica, remarcó en Belgrado que «ahora está más claro que nunca que la brutal destrucción de Serbia tuvo un solo objetivo, el de convertir la provincia de Kosovo en el primer estado de la OTAN en el mundo». Afirmó que «como cualquier otra fuerza que llegaba a los Balcanes, ésta también pasará».

En Belgrado y otras ciudades se depositaron ofrendas florales en memoria de las víctimas de los bombardeos, que destrozaron numerosas infraestructuras civiles como puentes, fábricas y edificios, y causaron importantes pérdidas económicas. GARA

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