Parten en teoría como víctimas, pero han llegado a semifinales por méritos propios, y ahora quieren dejar en la cuneta a Alemania y España. De momento, Turquía y Rusia han comenzado la particular lucha dialéctica previa a encuentros de semejante importancia.

Así, el goleador milagroso que empató ante Croacia, Semih Santürk, aseguró que Turquía «tiene una gran determinación y esperamos seguir haciendo historia». El pichichi de la liga turca, con 17 goles, se ve ya en la final ante España y restó importancia a que su equipo tenga que afrontar el choque en cuadro porque «tener bajas es importante, pero los que jueguen darán lo mejor de sí mismos».

Arshavin, decisivo

Después de enfrentarse en la fase de grupos, donde los de Aragonés se impusieron por 4-1, Rusia se plantea el nuevo envite en clave de revancha. «Un equipo siempre quiere la revancha, nosotros hemos reaccionado después de la derrota contra España y esperemos que el equipo reaccione aún mejor», explicó su técnico, Guus Hiddink.

El preparador holandés, que ya comienza a ser idolatrado hasta el punto de que incluso se ha esculpido una estatua de yeso con su figura, admitió que para ellos es muy importante el concurso de Arshavin, quien le da «mucha potencia» al juego.

El seleccionador ruso reconoció que ya es «un gran éxito» que Rusia haya alcanzado las semifinales porque «si nos dicen que pasamos la segunda ronda, hubiéramos firmado».