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Diez citas para no perderse en la quincena, la gran fiesta de la música Clásica

La Quincena Musical de Donostia oferta este año 101 espectáculos repartidos entre su jornada inaugural, que tendrá lugar mañana lunes, y su clausura el próximo 6 de septiembre. 101 propuestas entre conciertos, óperas, ballets, recitales... y una decena de citas imprescindibles.

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Mikel CHAMIZO

La Quincena Musical de Donostia alcanza este año su 69 edición, casi setenta años de crecimiento que han alargado su duración hasta superar el mes y que ha multiplicado exponencialmente la oferta de conciertos hasta alcanzar los ciento uno de la edición actual. Pero... ¿quién puede ir a ciento un conciertos en un mes? Aunque todos los ciclos están plagados de propuestas interesantes, es inevitable que uno termine seleccionando qué es lo que más le apetece ver. Un trabajo arduo, sin duda, así que, para los indecisos, ahí van las diez citas imprescindibles que proponemos.

El sueño oriental

Concerto Köln y el Ensemble Sarband no son solamente conjuntos magníficos, también saben cómo montar programas amenos y didácticos. El que presentarán en Donostia, el día 8 en el Victoria Eugenia, se titula «Sueño de Oriente» y abordará música turca desde una visión clásica y música occidental interpretada «alla turca», lo que nos permitirá descubrir, por ejemplo, de dónde proviene la inspiración de las numerosas marchas turcas que compuso Mozart y otros muchos músicos del XVIII, como Gluck y Süssmayer. Pero el concierto reserva además una sorpresa muy especial: la oportunidad de ver en acción a derviches de la orden mevleví, más conocidos como derviches giróvagos, en su hipnótica danza ritual denominada samá, que consiste en girar sobre sí mismos con los brazos extendidos. Un espectáculo, si no me equivoco, inédito en la ciudad.

Una «Carmen» made in home

Aunque en esta ocasión no destaque especialmente por su nivel artístico, la ópera representada que la Quincena Musical ofrece cada año se ha convertido ya en una cita imprescindible del festival. Esta vez serán tres representaciones, los días 16, 18 y 20 de agosto, de «Carmen», de Bizet, una ópera enormemente popular que nos permitirá comprobar cómo andamos de recursos líricos por estos lares, ya que el cien por cien del reparto proviene de Euskal Herria o del Estado español. A la gitana sevillana la encarnará Nancy Fabiola Herrera, mezzosoprano canaria que recientemente ha dejado una grata impresión en el Metropolitan de Nueva York interpretando este mismo rol. Y la ordiziarra Ainhoa Garmedia volverá desde Alemania para interpretar a su enemiga, Micaela. Las bases son todas de casa: Orquesta Sinfónica de Euskadi, Coral Andra Mari y Escolanía Easo.

¿Una soprano con barba?

La voz del joven sopranista francés Philippe Jaroussky -que, en realidad, suele actuar bien afeitado- es uno de los fenómenos más comentados de los últimos años. Aunque él se autodenomina contratenor, su increíble capacidad para el registro agudo, así como una flexibilidad poco común entre este tipo de voces artificiales, han convencido a muchos críticos de que la de Jaroussky es, probablemente, una de las voces con mayor similitud a las de los legendarios castrati. Pero es que, además de lo peculiar de su timbre de voz, Jaroussky es también un intérprete magnífico, expresivo y de gran virtuosismo. A Donostia traerá un programa monográfico en torno a Zelenka, autor checo que, aunque inexplicablemente sea aún un completo desconocido para el gran público, es sin duda uno de los grandes compositores del Barroco, admirado por figuras como Bach.

Otra «Carmen», ahora flamenca

Aunque la «Carmen» más famosa es, sin duda, la de la ópera de Bizet, la novela de Mérimée ha dado pie a numerosas adaptaciones, entre ellas, una decena de versiones cinemátográficas de directores tan diversos como Ernst Lubisch, Otto Preminger, Vicente Aranda o Carlos Saura. Esta última ya usaba el baile flamenco como lenguaje para expresar lo desgarrador de la historia, y ahora Sara Baras, tras «Juana la Loca» y «Mariana Pineda», ha vuelto a elegir a otra mujer legendaria para desentrañar, desde sus pasos flamencos, el misterio en torno al eterno femenino. Algunos críticos han dicho que la de Baras es una «Carmen» fría y sin pasión, una mujer contemporánea y cerebral que no se deja arrastrar por la ley del deseo. Pero todos ellos han reconocido la gran maestría de Baras como bailaora. Lo volverá a demostrar los días 23, 24 y 25 en el Kursaal.

Orquesta gigante y director inglés

La Gustav Mahler Jugendorchester es la orquesta de jóvenes más prestigiosa de Europa. Cada año acoge a los mejores jóvenes instrumentistas europeos para formar un conjunto que, en ocasiones, alcanza dimensiones gigantescas (la última vez que se dejaron caer por Donostia, trajeron 24 violines primeros, el doble de lo habitual en cualquier orquesta). Este año, además, a la orquesta la va a dirigir uno de los grandes, Sir Colin Davis, director prototípicamente inglés, que combina en sus interpretaciones la flema británica con unas altas dosis de chispa y emoción, haciéndole especialmente afín a autores como Berlioz, de quien Colin Davis, a sus 81 años, es considerado conocedor y maestro indiscutible. En Donostia, casualmente, dirigirá la «Sinfonía Fantástica» de Berlioz, así que la cita del 26 se convierte en absolutamente imprescindible.

Un poco de música de cámara

Los grandes conjuntos de cámara se dividen normalmente en dos categorías: la de los músicos de alto nivel que dedican infinidad de años a perfeccionar el arte de tocar juntos, de manera que se conocen entre ellos a la perfección, y la de las grandes estrellas del instrumento que, ocasionalmente, se juntan para tocar y, a veces, consiguen resultados extraordinarios gracias a la suma de sus grandes talentos. Los donostiarras, que tanto han echado en falta la música de cámara en los últimos años, podrán disfrutar de un conjunto de este segundo tipo el 27 de agosto, concretamente del trío formado por el violinista Frank Peter Zimmermann, el chelista Heinrich Schiff y el pianista Christian Zacharias, los tres habituales en Quincena y los tres extraordinarios intérpretes de sus respectivos instrumentos. Además, juntarán sus fuerzas para enfrentarse a músicas tan bellas como las que pueblan los «Tríos con piano» de Schubert.

La canción de la Tierra

Prácticamente cada año, como si de un acto institucional se tratase, la Orquesta y Coro Nacionales de España se dejan caer por la Quincena Musical para un par de recitales. Lo cierto es que la Orquesta, antaño bastante mediocre, ha mejorado muchísimo desde que el director catalán Josep Pons se hizo cargo de ella en 2003, así que los melómanos donostiarras nos hemos acostumbrado a esperar con cierta ilusión sus conciertos, que últimamente nos han sorprendido muy positivamente. En cualquier caso, ésta no sería una cita extraordinaria si no fuera porque la Quincena ha traído a dos cantantes de primera línea para actuar junto a la Nacional: la mezzosoprano Petra Lang y el tenor Ben Heppner, ambos poseedores de voces excepcionales para el repertorio germánico, que es precismente lo que cantarán en Donostia, concretamente, la bellísima «Canción de la Tierra» de Mahler. Será el 29 de agosto.

Desde la República Checa

La Orquesta Filarmónica Checa es una de las formaciones con más tradición de Europa. Sus violinistas, por ejemplo, proceden de una escuela que, retrocediendo desde Sevcik -cuyos alumnos formaron el germen del CESKA- pasa por Ondrícek, Bennewitz y Pixis hasta hundir sus raíces en la legendaria figura de Viotti. Algo parecido pasa con sus violonchelistas y otras familias instrumentales. Esta tradición tan bien conservada, que se puede reconocer en su sonoridad, la ha convertido en una de las orquestas más genuinas del continente, a pesar de los baches que está atravesando en la última década y media, cambiando de director titular una y otra vez. El actual, Manfred Honeck, se empapó de la más pura tradición germánica en sus años como violinista en las filas de la Filarmónica de Viena, así que es de esperar que esté a la altura de la orquesta y de los dos programas que ofrecerán en Donostia, dedicados a Mahler (30 de agosto) y Richard Strauss (el 31).

Un poco de ópera rusa

Aunque «Carmen» es la ópera más esperada de esta edición, la más interesante para los melómanos de cierta envergadura es sin duda «Iolanta», de Chaicosqui, una historia de amor con toques de fantasía medieval que muy pocas veces se puede escuchar en directo. Aunque será en versión sin escena, esta «Iolanta» donostiarra promete: sus cantantes son especialistas en ópera rusa traídos desde el teatro Mariinsky de San Petersburgo, y el director, el joven Tugan Sokhiev, quien con sólo treinta años es uno de los agentes más activos en ese revival de la ópera rusa que se inició hace unos años de manos de Gergiev y que directores jóvenes como Vladimir Jurowsky o el propio Sokhiev están llevando a los coliseos de medio mundo. Será el 1 de septiembre, a la misma hora que otro recital interesantísimo, el que ofrecerá el Cuarteto Arditti en el ciclo de música contemporánea.

Y, al final, Messiaen

Oliver Messiaen, además de uno de los compositores fundamentales de la música del siglo XX, es también uno de los ejes centrales de esta edición de Quincena. El Ciclo de Órgano ha programado la integral de la música para este instrumento, y una buena cantidad de sus obras salpicarán muchos de los conciertos de esta Quincena. Pero los dos últimos, protagonizados por la Orquesta de Baden-Baden y Freiburg, resultan especialmente interesantes porque estarán dirigidos por uno de los mejores conocedores del repertorio del siglo XX, Sylvain Cambreling. Además de Messian, Cambreling dirigirá también obrones de Wagner, Bruckner y Mozart. Un final de peso para el festival, los días 5 y 6 de septiembre.

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