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Josebe EGIA

Hipócritas

Al juez Tirado, finalmente, el CGPJ le ha impuesto una multa de 1.500 euros por no haber ejecutado la sentencia con la que el pederasta Del Valle no habría podido asesinar a Mari Luz. Una vergüenza. El gobierno del PSOE se ha rasgado las vestiduras y arremete contra este órgano, otra vergüenza donde la hipocresía de quienes mangonean el poder queda patente. El CGPJ es fruto de la componenda entre el PSOE y el PP para nombrar a personas afines a sus partidos -como en el resto de los órganos judiciales- y así, pasa lo que pasa, que en el Estado español la justicia brilla por su ausencia.

De la parcialidad, la arbitrariedad y la falta de independencia de la judicatura poco nos tienen que contar, la sufrimos todos los días. Con nuestra gente no sólo ejecutan las sentencias y se inventan la «doctrina Parot» para no cumplir siquiera con su legalidad. Sencillamente, con delito o sin él, preventivamente, están dentro cientos de vascos y vascas por defender la independencia de Euskal Herria, algo que en un país democrático se dirimiría en las urnas y no ilegalizando ideas, partidos y personas. En estos casos, la respuesta de los gobiernos de turno es que hay que acatar lo que diga la judicatura, aunque sea una barbaridad manifiesta.

Hipócritas. Josep Ramoneda, poco sospechoso de veleidades independentistas, lo explica con claridad. «En este país hay una tendencia creciente a actuar a golpe de acontecimiento, que es lo más contrario al razonamiento democrático. Hay un crimen execrable, inmediatamente el Gobierno o la oposición propone endurecer el Código Penal. Hay una decisión judicial que no gusta, siempre aparece alguien para exigir que se cambien las leyes. Por este camino, acontecimiento tras acontecimiento, España se va convirtiendo en un país altamente represivo... En este país todavía es necesario repetir que en una democracia representativa los estados emocionales de la ciudadanía no pueden condicionar las leyes. Si se siguiera este camino no tardaríamos en ser uno de los Estados más represivos». A mi juicio, el español ya es uno de los Estados más represivos de nuestro entorno, y a los hechos que como pueblo nos afectan directamente me remito.

Hipocresía y populismo en el modo de gobernar del que no se escapa el vasco. Al contrario, no hay más que ver sus declaraciones de que estamos mejor preparados que nadie ante la crisis económica y cotejarlas con las cifras de paro y expedientes de regulación que colocan a las y los de siempre en situaciones de pobreza real. No hay más que analizar esas ayudas a las familias, que indistintamente se conceden a quienes tienen ingresos altos y a quienes no tienen para llegar a fin de mes. No hay más que ver que las haciendas forales se nutren de los impuestos de las y los trabajadores y se rebaja el Impuesto de Sociedades a quienes han tenido beneficios de escándalo los últimos años. No hay más que mirar el fraude fiscal de profesionales liberales, que ganan cantidades astronómicas y cotizan bajo mínimos... Hipócritas.

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