Open de Australia
Juego, set, partido, título y liderato mundial para Serena
La estadounidense necesitó tan sólo 59 minutos para derrotar a la rusa Dinara Safina (6-0 y 6-3).
Imanol INTZIARTE | DONOSTIA
Australia está sufriendo una de las olas de calor más importantes de su historia. En ese ambiente tórrido, Serena Williams -27 años, 1,75 metros de estatura y 68 kilos de peso- saltó a la pista del Rod Laver Arena de Melbourne para disputar la final femenina del Open de Australia. Seguro que agradeció no tener que exprimirse durante mucho tiempo. Menos de una hora después -59 minutos- alzaba los brazos para celebrar su cuarto título en este torneo, su décimo Grand Slam y su ascenso al número uno del ranking mundial.
A la estadounidense, natural de Saginaw (Michigan), se le da mejor que bien visitar el país de los canguros en los años impares: 2003, 2005, 2007 y ahora 2009 han sido testigos de sus victorias.
También se marcha con el título de dobles, logrado junto a su hermana Venus. En su carrera había logrado este doblete en el Grand Slam tres veces antes: en 1999 en el Open USA, en Wimbledon 2002 y en el Abierto de Australia en 2003.
La guinda, el liderato de la WTA, al que llega por tercera vez en su carrera. Hasta la fecha sumaba 61 semanas en lo más alto. La serbia Jelena Jankovic, número uno durante 18 semanas y derrotada por la francesa Marion Bartoli en octavos, baja al tercer puesto.
«Como un recogepelotas»
Al otro lado de la red debería haber estado, luchando por la victoria, Dinara Safina. Estar, lo que se entiende por estar, estuvo. Físicamente. Porque no fue más que una espectadora de lujo en un partido sin historia (6-0 y 6-3). Dos no riñen si una no puede, y la rusa fue un juguete en manos del vendaval Serena.
«Fui como un recogepelotas. Ella jugó de la forma que sabe hacerlo, fue mucho más agresiva que yo y me sacó fuera de la pista. No me dejó entrar de nuevo en el partido», explicaba Safina al término del choque. Era su segunda final. Ya cayó en Roland Garros’08 ante la serbia Ana Ivanovic. Dicen que a la tercera va la vencida. Pero también que no hay dos sin tres.
Serena Williams se mostraba exultante tras ganar por cuarta vez en Australia y sumar así su décimo Grand Slam.
¿Qué sensaciones le produce esta victoria?
Las mismas que todas las demás. Quería ganar aquí para llegar al décimo. No sabes lo que la vida te puede reservar, a veces las oportunidades sólo se presentan una vez y hay que aprovecharlas.
¿Y ser la número uno del mundo?
¡Lo tenía completamente olvidado! Me gusta siempre ser la mejor, sea la número uno o la número cien. Esto es un premio añadido.
¿Cómo explica su aplastante dominio en la final?
Tenía un plan. Si juego así, me suele ir bien. Y si no gano, al menos pongo una gran presión sobre mi adversaria.
¿Qué diferencia ha habido respecto a partidos anteriores?
He ido de menos a más. El doble me ha ayudado. He hecho un excelente calentamiento y he abordado el partido muy relajada. Vi el partido entre Nadal y Verdasco, que fue una locura, y me dije que yo podía hacerlo aún mejor.
Un marcador tan abultado en una final de Grand Slam, ¿es sorprendente o preocupante?
No lo sé. Pero nunca hay que sorprenderse con lo que soy capaz de hacer.
¿Continuará jugando durante mucho tiempo?
Sí. Junto a Venus, me da la sensación de que voy a jugar eternamente. Todavía me siento capaz de jugar durante muchos años. Mientras siga haciéndolo bien...
Margaret Court ganó 24 Grand Slams...
¿Individuales? ¿Sí? Si lo gano todo a partir de ahora, ¿por qué no?GARA
Los hermanos Mike y Bob Bryan ganaron el título de dobles masculinos al vencer en la final al indio Mahesh Bhupathi y al bahameño Mark Knowles, por 2-6, 7-5 y 6-0. El dúo estadounidense suma siete títulos de Grand Slam y ha recuperado el primer puesto del ranking.
