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La decisión sobre la central de Garoña

Tras oír el CSN a los técnicos, le toca a Zapatero resolver el futuro de Garoña

Rodríguez Zapatero tiene el futuro de la central de Garoña en sus manos. El informe del Consejo de Seguridad Nuclear y sus quince asumibles condiciones para prorrogar diez años más la vida de la planta burgalesa ya es público. Una «decisión técnica», argumentaron. Ahora le toca el turno a la otra, la política. Escuchados los técnicos, toca escuchar ahora a la sociedad.

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Joseba VIVANCO | GASTEIZ

Nada ha cambiado sobre el futuro de la central nuclear de Garoña desde el pasado viernes. La única novedad es que algunas informaciones apuntan a que el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, podría hoy, en el Senado, o mañana, ante el Congreso, adelantar su decisión, aunque tiene de tiempo hasta el próximo 5 de julio para pensárselo o para maquillar una respuesta que no contentará a todos y hasta puede que a nadie.

Ayer tuvo lugar la ya poco relevante comparecencia de la presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear con su ya archiconocido informe favorable a prorrogar la licencia de actividad de la central burgalesa un decenio más. «Garoña es tan segura como las centrales francesas, suecas o americanas», resumió sus argumentos la titular del CSN, Carmen Martínez Ten, quien dejó claro que el dictamen responde única y exclusivamente a criterios técnicos, es decir, que quien tiene toda la responsabilidad de escuchar ahora a la sociedad y no a los técnicos es el Gobierno del PSOE. «Ahora empieza el tiempo político», se limitó a responder.

El CSN impone mejoras

Quince son las condiciones que el CSN ha impuesto a Nuclenor, la feliz propietaria de la central, para poder seguir con su generación de energía nuclear. Mejoras que van desde modificaciones en el diseño para reforzar la seguridad hasta otras menos relevantes.

Actuaciones sobre la instalación ubicada en el valle de Tobalina que deberán acometerse de aquí a 2013, aprovechando las paradas de recarga de combustible en algunos casos. De todas formas, el paquete de mejoras para nada incomoda a la propietaria de la central, ya que la planta está amortizada de sobra y los beneficios estarán siempre por encima de los gastos.

Así las cosas, con el poderoso lobby nuclear español felicitándose -entre él la patronal vasca Confebask, que ayer pidió una decisión del Ejecutivo «acorde» con el informe-, quienes tienen menos que celebrar tan sólo pueden agarrarse, de momento, a declaraciones como las del secretario de Estado de Energía, Pedro Marín. «El ministro ya dijo la semana pasada que no hay nada cerrado ni nada descartado todavía, y a lo largo del mes habrá una respuesta definitiva», dejó la puerta abierta.

Una afirmación que a representantes políticos como el diputado del PNV en el Congreso Emilio Olabarria no convence para nada. «El PSOE carece absolutamente de credibilidad», respondió, al tiempo que se mostró convencido de que el Gobierno Zapatero respaldará el «escalofriante» informe del CSN.

Poco optimistas son también los principales grupos ecologistas del Estado español. Amigos de la Tierra, WWF, Greenpeace, Ecologistas en Acción y SeoBirdLife ofrecieron de manera conjunta una rueda de prensa en la que denunciaron que el informe del CSN estaba ya «atado» desde hace seis meses y que «no aporta nada nuevo» viniendo de un órgano «pronuclear».

Estas organizaciones han iniciado un envío masivo de cartas al presidente español, sin descartar que la movilización ciudadana contra las nucleares salga a la calle -en Euskal Herria ya lo ha hecho-. «No hay ninguna decisión intermedia, es una central peligrosa y debe cerrarse», advirtieron a Rodríguez Zapatero, cuya postura final muchos apuntan hacia una prórroga de no tantos años como propone el CSN, al tiempo que voces del propio PSOE no descartan que «sea capaz de cerrarla».

50 millones para mejoras, frente a 257 de beneficios

Cincuenta millones de euros es el coste estimado para la propietaria de Garoña, Nuclenor, por las mejoras que el informe del CSN le impone. Minucias. Garoña está más que amortizada y el capítulo de gastos sólo ocupa facturas como la del combustible, la mano de obra y las ``ayuditas'' de su obra social como las lavadoras a las monjas de Medina de Pomar para que laven la ropa de los empleados de la planta y se saquen unos eurillos. Así, su margen de beneficio actual es enorme, por lo que como alguien escribía estos días, el cierre de Garoña no encarecería la electricidad, como falsamente han tratado de amedrentar a la sociedad, sino que mermaría los beneficios de sus propietarias, Endesa e Iberdola. En 2008, tuvo una cifra de negocio de 257 millones de euros. Por contra, sólo aportó el 1,35% de la electricidad española. «Sería fácilmente sustituible», llegó a asegurar en su día el presidente de Red Eléctrica. Lo difícil es sustituir esos beneficios. J.V.

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