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LIGA ESCOCESA I Se juega hoy en Ibrox Park

Rangers-Celtic, el derbi de los derbis del fútbol internacional

Conocido como el «Old Firm», se trata de un choque con una historia sin parangón, fruto de una rivalidad inveterada y mutua.

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«Un encuentro amistoso». Ahora resulta irónico, pero así se describió por primera vez el derbi de Glasgow en la prensa local. Era el 28 de mayo de 1888. El Celtic invitó al Rangers a celebrar su partido inaugural, y éste aceptó. Pero, naturalmente, la cordialidad no duró mucho.

A medida que crecía la rivalidad, se extendía el dominio de los propios clubes. Sus aficiones, y en consecuencia sus ingresos, aumentaron en tal medida que, ya en 1904, una popular publicación de la época llamada ``The Scottish Referee'' se refirió a ellos como The Old Firm of Rangers-Celtic Ltd (Antigua empresa Rangers-Celtic, Sociedad Limitada), con lo cual pretendía reflejar la opinión de que ambos conjuntos se beneficiaban económicamente de la antipatía que se profesaban. Ni que decir tiene, el apelativo cuajó.

Aunque la relación fue cordial al comienzo, las respectivas filosofías de cada uno de los clubes provocaron que el conflicto fuera a todas luces inevitable. El Celtic se fundó en 1887 de la mano de un sacerdote católico, con el único objetivo de establecer una institución benéfica que paliara la pobreza de la numerosa comunidad irlandesa de Glasgow -de ahí al gran número de banderas irlandesas en su estadio-. No obstante, también se esperaba que el club se convirtiera en un motivo de orgullo para los oprimidos inmigrantes, un símbolo que los aunara. El Rangers, por su parte, fue desde el comienzo el equipo de la clase dirigente y de la mayoría protestante de Escocia y, hasta la famosa decisión adoptada en 1989, se negaba a fichar jugadores de religión católica.

Más allá de las estadísticas

El Rangers se lleva la palma en el derbi con 153 triunfos, contra los 138 del Celtic. Robert Hamilton, una de las primeras leyendas de Ibrox, es el máximo goleador del clásico, con 35 dianas. Ambos clubes ostentan el récord británico de asistencia a un partido de liga, con los 118.567 espectadores que abarrotaron las gradas de Ibrox el 2 de enero de 1939. Algunos más, un total de 132.870, se dieron cita para ver a los dos rivales disputar la final de la Copa de Escocia en 1969. Hoy no habrá tantos, pero la grada hará que lo parezca.

Pero más allá de las estadísticas, al imponerse por 5-2 a un club 16 años más antiguo en aquella primera edición del derbi, disputada hace ya 121 años, el Celtic estableció una pauta que aún lo acompaña: la incertidumbre. Independientemente de la racha del club o de su momento de forma, predecir el resultado de un clásico de Glasgow no es tarea fácil.

La afición del Rangers todavía saborea el recuerdo de su 100ª victoria en liga sobre su eterno rival: un triunfo por 0-3 en Celtic Park que les metió el título en el bolsillo y provocó violentas escenas, tanto dentro como fuera de la cancha. Y es que cada edición del Old Firm levanta pasiones. Un clásico que también tiene su lado oscuro, y al igual que todos los grandes dramas, sus propias tragedias.

En 1931, John Thomson, el joven y brillante guardameta del Celtic, sufrió una herida mortal en la cabeza al lanzarse con valentía a los pies de un delantero del Rangers, y se convirtió así en una figura emblemática y trágica del club. Pero lo peor estaba por llegar. En 1971, 66 aficionados del Rangers fallecieron en la fatídica Tragedia de Ibrox, tras una avalancha en las gradas.

Jock Stein, el legendario técnico del Celtic en aquella época, abandonó el vestuario de su equipo para ofrecer ayuda a los heridos, y expresó su esperanza de que el funesto acontecimiento les otorgara a todos una nueva perspectiva. «Esta terrible tragedia debe contribuir a poner freno a la intolerancia y al resentimiento reinantes en los partidos del Old Firm».

Derbis menos tensos

Aunque ha costado algo más de lo que a Stein le hubiera gustado, el derbi de Glasgow se ha tornado más agradable en los últimos tiempos. La pasada temporada incluso fuimos testigos de una muestra de unidad sin precedentes y muy conmovedora: Walter Smith y Ally McCoist, técnico y segundo de a bordo respectivamente del Rangers, ayudaron a portar el féretro del legendario futbolista del Celtic Tommy Burns.

Si bien las tensiones ya se han calmado, hay pocos partidos en el mundo del fútbol que puedan igualar la pasión y la emoción que sin duda veremos hoy en Celtic Park. Como no podía ser de otra manera, en esta 384ª edición del derbi hay mucho en juego. El último embite, en mayo pasado, se lo llevó el Rangers, gracias a un solitario gol de un norirlandés, Steven Davis -en Irlanda del Norte el corazón de sus aficionados también rivaliza entre Rangers y Celtic-, que hizo estallar la grada protestante. Hoy, a partir de las 13.30, hora clásica de este derbi, se volverán a ver las caras en casa del Rangers, y quien lo quiera ver en directo lo podrá hacer en GolTV.

El Celtic busca renovar su liderazgo y, tras seis jornadas disputadas, es el líder de la tabla, con ya cuatro puntos de ventaja sobre el segundo, precisamente su eterno rival y vigente campeón de la Scottish League, que está fallando más de lo habitual en este inicio de temporada.

Tras haber vivido a la sombra del eterno rival en la década de los noventa, al Celtic le ha venido bien el cambio de siglo, ya que es el claro dominador de su liga. Para los Bhoys, un triunfo supondría un importantísimo golpe de efecto para consolidar esa corona. Aunque, si 121 años de rivalidad nos han enseñado algo, es que en el ``Old Firm'' siempre hay que esperar lo inesperado. Fútbol en estado puro, arcaico y poco elaborado, pero una fiesta a la que la Europa de los galácticos mira de reojo.

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