El general Philippe Rondot, antiguo responsable del espionaje francés, compareció ayer ante el tribunal que juzga el «caso Clearstream» y contradijo seriamente por primera vez al ex primer ministro Dominique de Villepin, acusado de haber participado en una maquinación para perjudicar a Nicolas Sarkozy en su carrera a la Presidencia de la República.

De Villepin ha negado siempre estar implicado en esta manipulación, en la que varios nombres, incluido el de Sarkozy, fueron añadidos a un listado para dar la imagen de que estaban implicados en un caso de cuentas ocultas.

El general Rondot investigó a partir de 2003 estos listados. Ayer, ante el tribunal, afirmó que De Villepin conocía desde enero de 2004 que el nombre de Sarkozy, su gran rival político en el seno de la derecha francesa, aparecía en los listados de Clearstream, un banco de Luxemburgo. De Villepin, hasta ahora, ha negado categóricamente este extremo.

«El 9 de enero de 2004 me encontré en una oficina del Ministerio de Exteriores con Jean-Louis Gergorin [antiguo vicepresidente del grupo aeronáutico EADS e inculpado en la causa] y Dominique de Villepin», contó el general Rondot.

«Saqué mi libro de notas y apunté una serie de cosas, de nombres, cuyo significado inmediato no conocía. El nombre de Nicolas Sarkozy fue citado, por unos u otros. Efectivamente, Jean-Louis Gergorin evocó una cuenta sobre un tal Bocsa, vinculado a Sarkozy. Lo anoté sin comprenderlo», añadió el general Rondot.

Bocsa es uno de los elementos del nombre completo del actual presidente de la República francesa.