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Los arrantzales preguntan a sus familias por qué siguen cautivos

La tripulación del «Alakrana» no entiende por qué dos semanas después de producirse el secuestro todavía no han fructificado las gestiones destinadas a su liberación. Así se lo comunicó ayer el marinero gallego Pablo Costas a su mujer, a la que informó de que sus captores les tratan bien. La detención de dos somalíes ha complicado las negociaciones.

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Los tripulantes del «Alakrana», que permanecen secuestrados desde hace quince días, se están preguntando cuál es el motivo por el que aún no se ha producido un desenlace de su cautiverio y todavía no les han soltado. Así se lo comunicó el marinero gallego Pablo Costas a su mujer, Silvia Albés, con la que pudo hablar apenas un minuto en la mañana de ayer. «Me preguntó el motivo por el que el secuestro se está prolongando tanto tiempo y qué está pasando que no los traen para casa», declaró Albés a la agencia Efe.

Explicó que su marido la había llamado a las 8.20 horas, y que le comunicó que sus captores están «tratando bien» a los tripulantes del buque, aunque agregó que los «piratas» les han dejado «lo puesto» y que «no les queda ninguna de sus pertenencias». Respecto las medidas encaminadas a su liberación, Albés detalló que su marido le preguntó «qué está pasando con las gestiones del Gobierno para liberarlos», ante lo que «no supe qué contestarle».

También señaló que en el breve espacio de tiempo que duró la conversación ella trató de «no desanimar» a su marido ante las preguntas que le hacía, aunque admitió que resulta «complicado» transmitir un mensaje de tranquilidad en esos breves contactos telefónicos cuando ni los propios familiares están tranquilos después de dos semanas de secuestro.

Liberar a sus compañeros

Respecto a las gestiones abiertas para conseguir la liberación del «Alakrana» y de sus tripulantes, hay que recordar que el miércoles, el «pirata» conocido como Sugulle Ali, que está ejerciendo de portavoz del grupo que tiene el control del atunero, advirtió de que no entrarían a negociar los términos del rescate hasta que las autoridades españolas no dejen en libertad a sus dos compañeros presos. Estos, sin embargo, permanecen encarcelados tras ser encausados por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, que les imputa varios delitos, entre ellos uno de «terrorismo».

La actuación, tanto del mediático juez, como del Gobierno español, ha sido objeto de críticas por parte de portavoces políticos y también de algunos familiares, que entienden que las detenciones han dificultado las negociaciones para la liberación de los arrantzales. Ayer, consciente de que la situación del «Alakrana» es ahora delicada, la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, quiso salir al paso afirmando que el Ejecutivo del PSOE «no está haciendo nada que pueda poner en peligro la seguridad» de los tripulantes del atunero.

Sobre la decisión de llevar a Madrid a los dos detenidos en Somalia, De la Vega sostuvo que el Gobierno español está haciendo «lo que toca hacer» y, aunque eludió hablar del pago de un rescate, aseguró que el Gobierno español está «redoblando» sus esfuerzos desde el punto de vista político, diplomático y militar.

Crítica de los armadores

A pesar de estas declaraciones, las críticas le siguen lloviendo al Gabinete de Zapatero, y ayer fue la organización de armadores atuneros (Interatun) la que criticó que se trasladara a la Audiencia Nacional a los detenidos. En opinión de Juan Manuel Vieites, secretario de esta organización, hubiera sido más lógico llevarlos a Kenia y que «luego siguieran negociando».

Vieites, que se reunió con el secretario de Estado de Defensa, se mostró favorable a pagar el rescate que pidan los «piratas» y pidió al Gobierno español que permita el embarque de militares en los pesqueros.

mercenarios

El Ministerio de Defensa español ofreció ayer a los armadores colaborar en la formación de vigilantes privados y en el traslado de este personal y de su equipamiento a los barcos que faenan en aguas de Somalia.

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