ELA denuncia que la Diputación de Gipuzkoa ha entregado una subvención a Gipuzkoa Aurrera por valor de 3 millones en un momento de crisis, lo que significa «un auténtico escándalo».

La central sindical señala que esa organización es «un lobby empresarial y económico», que está conformado por Kutxa, Adegi, Cámara de Comercio, Mondragón, Ayuntamiento de Donostia y la propia administración foral. Para ELA, bajo la apariencia de «creación e impulso de proyectos estratégicos, con la premisa de la competitividad del territorio guipuzcoano, lo que está haciendo es obtener ayudas económicas que bien vendrían a los habitantes de Gipuzkoa en estos momentos de crisis económica».

Intereses del capital

En ese sentido, la central que lidera Adolfo Muñoz insiste que «en la actual situación de crisis, que se ha debido en gran medida a la clase política que ha renunciado a su función y se ha puesto al servicio de los intereses del capital, el dinero que se regala a Gipuzkoa Aurrera es un auténtico escándalo».

Para ELA, quienes componen ese «lobby» empresarial y económico «quieren salir de la actual situación de crisis aplicando congelaciones salariales, recortando impuestos a las rentas del capital y bajando el gasto social. Su proyecto estratégico es el de seguir manteniendo una situación de privilegio con el dinero de los contribuyentes guipuzcoanos».

En este sentido, la central sindical revela que los impulsores de Gipuzkoa Aurrera mantienen entre «sus medidas anticrisis» el llevar adelante «recortes de gasto entre un 10% y 15% en el Ayuntamiento de Donostia, a pesar del aumento muy por encima del IPC de las tasas municipales. Este recorte en el gasto, va a tener consecuencias muy graves, sobre todo en los colectivos ya de por sí más desfavorecidos, puesto que la cobertura social se va a reducir considerablemente».

También reconoce en este caso que los trabajadores que se encuentran en una situación más precaria, como son los de las subcontratas, «van a tener un riesgo real de perder su empleo, gracias a la labor de desregulación llevada a cabo por el alcalde Odón Elorza y su equipo de Gobierno». En este caso, las medidas anticrisis de la Diputación Foral de Gipuzkoa consisten «en reducir la presión fiscal a las rentas del capital, creando un paraíso fiscal para favorecer a los más ricos y a al élite económica, mientras se aumenta la presión a las rentas del trabajo, que son las perjudicadas».

Hace poco más de un año, Gipuzkoa Aurrera echó a andar para poner en marcha proyectos estratégicos para el herrialde o desatascar proyectos que estuviesen parados. Sin embargo, desde su creación las decisiones de esa agrupación han generado más críticas que alabanzas. ELA, en este caso, ha criticado la entrega de ayudas precisamente a la patronal Adegi, a la Cámara de Comercio, a Mondragón porque no actúan «para frenar la crisis, sino a favor de sus propios intereses económicos y empresariales, nada que ver con el impulso social».