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El tiroteo de Fort Hood, un fuerte golpe para el Ejército de EEUU

En la matanza del jueves en la mayor base militar de EEUU murieron más soldados estadounidenses que en el mes de octubre en Irak. El Ejército afronta además una alarmante tasa de suicidios, que los expertos justifican por las guerras en Afganistán e Irak. El Pentágono ha dado la voz de alarma por los elevados índices de síndromes postraumáticos, mientras que la Casa Blanca ha decretado duelo nacional.

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El tiroteo del jueves supone un fuerte golpe a la moral de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, presionadas por los duros combates y las prolongadas misiones de doce meses consecutivos en Irak y Afganistán, con descansos de dos semanas. En 2008, 128 soldados se suicidaron, frente a los 115 que lo hicieron en 2007. Y entre los efectivos destinados a estos países, el promedio de quienes sufren síndrome postraumático ha pasado del 38% al 52%.

Ante estas alarmantes cifras, el Pentágono ha puesto en marcha programas de prevención y detección de los problemas sicológicos y de los traumatismos cerebrales causados por las explosiones o combates.

«Quiero romper el tabú que existe alrededor de las enfermedades mentales, que son tal reales como una pierna rota o un brazo amputado. No se trata de enfermedades inventadas por los soldados», manifestó el general Peter Chiarelli, número dos del Ejército de Tierra.

En el hospital militar de Walter Reed, en Washington, ya han incorporado la ayuda sicológica dentro del protocolo de asistencia a quienes vuelven de las zonas de combate y a sus familiares. «Debemos afrontar esta problemática con verdadera urgencia», remarcó el jefe del Estado Mayor, Michael Mullen.

Paradójicamente, el autor de la matanza del jueves es el siquiatra Nidal Malik Hasan, especializado en estrés postraumático y adscrito a la base de Fort Hood. Situada en el corazón de Texas, a cien kilómetros al norte de la capital del Estado, Austin, es la mayor instalación del Ejército con cerca de 880 kilómetros cuadrados. El complejo, que recibe su nombre del general confederado John Bell Hood, alberga a unos 52.000 soldados y 9.000 empleados civiles, y es el único con capacidad para acoger dos divisiones armadas.

Incluye también toda una serie de infraestructuras para los soldados y sus familias como alojamientos, espacios de ocio, escuelas, lagos, un pequeño puerto de yates y establecimientos de cuidados sanitarios.

El destacamento está orientado a la formación de militares en condiciones extremas, como Irak, y cuenta con equipos de élite para el entrenamiento en situaciones reales.

Hasan comenzó a disparar sobre las 13,30 hora local con dos armas cortas semiautomáticas en un recinto donde numerosos soldados son sometidos a revisiones médicas antes de su partida a Irak o Afganistán. El Pentágono difundió imágenes de heridos siendo evacuados en camillas, mientras que comandos de élite rodeaban un edifico, acompañados de perros.

El Departamento de Seguridad Interior no quiso pronunciarse sobre el móvil del tiroteo, al considerar que era demasiado pronto. En una comparecencia en directo desde la Casa Blanca, el presidente Barack Obama remarcó que lo ocurrido es «un horrible acto de violencia. Ver caer a esos bravos estadounidense en el campo de batalla ya es bastante difícil. Verlos tomados por blancos en una base militar y en suelo estadounidense es aterrador». La Casa Blanca anunció que Obama asistirá al funeral, para que el todavía no se ha fijado una fecha. Asimismo, ordenó que las banderas en los edificios oficiales ondeen a media asta hasta el día 11,

El presidente instó a los ciudadanos a no «precipitarse a sacar conclusiones» e indicó que se ha abierto una investigación en torno al incidente, especialmente para determinar los motivos por los que «un individuo ha abierto fuego contra sus compañeros de armas»

En sus conjeturas, la prensa estadounidense señaló que Hasan, de 39 años, debía trasladarse en breve a Afganistán para incorporarse al contingente militar.

Hasan, un siquiatra horrorizado con los relatos de la guerra

El mayor Nidal Malik Hasan, herido de bala durante el tiroteo, es un siquiatra militar que tenía a su cargo a soldados que regresaron de Afganistán e Irak. Según explicó su primo Nader Hasan, se sentía víctima de acoso por parte de sus compañeros de armas por el hecho de ser musulmán y quería abandonar el Ejército. «Él había contratado a un abogado militar para intentar resolver el problema. Estaba dispuesto a reembolsarle al Estado para poder dejar el Ejército, pero había llegado al límite de sus posibilidades», dijo a la cadena de televisión Fox. Negó que tuviera «miedo de ser enviado a Irak para hacer la guerra» y que tuviera carácter violento. «No era el tipo de persona que frecuenta un campo de tiro, no tenía ese tipo de estado espiritual», añadió.

El militar es un experto en trastornos de estrés postraumático, aunque al parecer no digería bien los relatos de los compañeros que volvían de la guerra. Para Mindy Mechanic, profesora asociada de sicología de la Universidad de California, estas personas pueden sufrir traumas, pero «no salen a la calle y empiezan a disparar a diestro y siniestro. Pueden estar deprimidos o tener bajones, pero no disparan sin control». Familiares de Hasan subrayaron que estaba «muy mortificado con la idea de ser destinado al frente» y «disgustado» por su próximo envío a Afganistán.

Nacido en Estados Unidos de padres palestinos, estudió en la Universidad de Virginia Tech, donde en 2007 hubo un tiroteo que se saldó con 32 muertos. En 2001 se graduó como médico militar y antes de ser destinado a Fort Hood, trabajó en el Centro de Estudios sobre Estrés Traumático. GARA

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Al menos dos personas murieron y entre 6 y 17 resultaron heridas en un edificio de oficinas en el centro de Orlando (Florida) cuando un ex trabajador de una empresa ubicada en este inmueble empezó a disparar.

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