CUMBRE DE JEFES DE ESTADO Y GOBIERNO EUROPEOS
Alemania logra que el FMI participe en el plan europeo de ayuda a Grecia
Angela Merkel ha logrado que el plan para ayudar a Grecia, a través de préstamos bilaterales de los socios de la zona euro, sea voluntario, utilizado sólo como último recurso, que requiera la aprobación unánime y que participe en él el Fondo Monetario Internacional. El plan, pactado con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, antes de la cumbre de líderes europeos, fue suscrito por los gobiernos de la zona del euro.
GARA | BRUSELAS
El Estado francés y Alemania lograron ayer comenzar la cumbre de líderes europeos habiendo alcanzado un acuerdo sobre un plan para rescatar a Grecia si se agravan sus problemas de endeudamiento que recoge casi todas las condiciones impuestas por Alemania.
El plan consistirá en préstamos bilaterales voluntarios, pero Alemania, más reticente a este compromiso, logró que se complete con una aportación «sustancial» del Fondo Monetario Internacional (FMI), que podría ser el primero en intervenir, si fuera solicitado, según confirmaron a Europa Press fuentes diplomáticas francesas.
La intervención del Fondo Monetario en un país de la zona euro no tiene precedentes desde la creación de ésta en 1999. Además, es rechazada por quienes, como el BCE, ven en ella el cuestionamiento de la capacidad e independencia de los socios comunitarios para solucionar sus problemas.
La mayor parte de los socios comunitarios, con el Estado francés a la cabeza, eran por ello partidarios de una ayuda puramente europea.
El acuerdo, que se recoge en una página y media, describe las condiciones bajo las que los países europeos estarían dispuestos a intervenir. El mecanismo estará pilotado por la Unión Europea y será compatible con la cláusula del Tratado que prohíbe rescatar a un país.
Sólo en caso extremo
El plan estará dotado con hasta 25.000 millones de euros. El FMI contribuiría con 10.000 millones de euros, mientras que los préstamos bilaterales voluntarios oscilarían entre los 12.000 y los 15.000 millones de euros, según las fuentes consultadas.
El mecanismo sólo se activará en el caso extremo de que Grecia no pueda conseguir fondos en los mercados, según reclamaba también Berlín. Y cada vez que Atenas acuda a estos préstamos necesitará la aprobación de los países de la eurozona.
La contribución de cada país quedará determinada por su peso en el capital del Banco Central Europeo, según las fuentes. Aunque no colaboren todos los países del euro, la activación del mecanismo de ayuda requerirá una decisión por unanimidad en el Eurogrupo.
Alemania consiguió además endurecer las condiciones en las que Grecia podrá acceder a los fondos. Aunque en un principio se había pensado que el tipo de interés de los préstamos bilaterales sería la media de la eurozona, muy por debajo del 6% que paga actualmente Atenas, el acuerdo final resalta que el objetivo del mecanismo «no será ofrecer financiación a los tipos de interés medios de la zona euro, sino fijar incentivos para volver a la financiación del mercado lo antes posible mediante un precio basado en el riesgo». Por ello, los tipos de interés que deberá abonar el Gobierno griego no incluirán ningún tipo de subvención. Dependerá de qué estados participen finalmente en los préstamos a Grecia, ya que cada uno obtiene la finanicación a un precio diferente y ello repercutirá en la cantidad que conceda al Tesoro griego.
Durante la fase final de las negociaciones, la canciller alemana, Angela Merkel, volvió a insistir en su exigencia de modificar los Tratados para endurecer las sanciones contra los países que superen los límites de déficit y evitar que se repita el caso de Grecia. Para atender a sus peticiones, se pedirá al presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, que convoque un grupo de expertos encargado de examinar las posibilidades legales para controlar mejor a los países que se desvíen del rigor presupuestario.
El eurogrupo lo suscribe
El pacto franco-alemán se produjo justo antes del inicio en Bruselas de la tradicional cumbre de primavera de líderes europeos tras 48 horas de intensos contactos entre los líderes europeos y se comunicó en primer lugar al presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
A continuación, se comunicó al resto de líderes de la eurozona y, antes de la cena, el Eurogrupo aprobó formalmente el plan de rescate griego. De esta forma, la cumbre se inició en un clima mucho más tranquilo del que se anunciaba la víspera y en medio de sonrisas y felicitaciones al primer ministro griego, Yorgos Papandréu.
No obstante, la decisión final requerirá la aprobación de todos los miembros de la UE -los Veintisiete- porque el grupo del euro como tal no está facultado para tomar decisiones que puedan afectar al conjunto de las economías de la Unión.
Según fuentes de la presidencia francesa, Angela Merkel y Nicolas Sarkozy también se pusieron de acuerdo en poner en marcha «un gobierno económico que recoja todos los instrumentos necesarios para prevenir los riesgos económicos y los riesgos presupuestarios que pueden conducir» a situaciones como la que está viviendo ahora Grecia.
Angela Merkel logró que para activar el mecanismo y liberar las ayudas a Grecia se requiera la unanimidad de los países de la zona del euro, lo que en la práctica le da a Alemania el poder de veto.
Aunque la mayoría de se oponía a la petición de Merkel de llegar incluso a la reforma de los Tratados para poder expulsar de la eurozona a los países que superen los límites de déficit y deuda, el acuerdo señala que se explorarán «todas las opciones».
El PIB irlandés se contrajo un 7,1% en 2009 -una caída sin precedentes- y completa dos años de recesión, según las estadísticas oficiales, que confirman al antiguo «tigre celta» como uno de los estados más débiles de la zona euro, con Portugal y Grecia.
El primer ministro griego, Yorgos Papandreu, aseguró ayer que el plan de estabilidad de su Gobierno para reducir el déficit público «está funcionado» y reiteró el compromiso de su Ejecutivo de «poner su casa en orden. Nuestras medidas están funcionado. Estamos en la buena senda para reducir el déficit este año», dijo.
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Los sindicatos agrupados en la CES y empresarios europeos respaldaron «una solución europea» de ayuda coordinada a Grecia, para mantener la estabilidad del euro y evitar un mayor deterioro de la situación económica y del empleo.
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, alertó ayer contra la intervención del FMI en el plan de apoyo a Grecia, y consideró «muy, muy malo» que los países europeos se desentiendan de sus responsabilidades. «Todo lo que vaya en el sentido de una dejación de responsabilidades de los miembros de la zona euro es malo», afirmó en una entrevista en las cadenas de televisión francesas LCP y Public Sénat. «Si el FMI o cualquier organismo ejerce las responsablidades del eurogrupo en lugar de los gobiernos, eso evidentemente, es muy, muy malo», insistió.
La entrevista se realizó antes de que los gobiernos alemán y francés alcanzaran un acuerdo sobre el plan de ayuda a Grecia, pero en un momento en el que ya estaba claro que incluiría la participación del FMI. El plan franco-alemán debe ser aprobado además por el resto de países europeos y, según explicaron fuentes diplomáticas a France Press, el presidente del BCE también debe avalar el mecanismo.
«Queremos que los países miembros de la zona euro ejerzan sus responsabilidades plenamente y con fidelidad al Tratado en sus espíritu y letra», añadió Trichet. «Los gobiernos de la zona euro no deben abandonar ni una pulgada sus responsabilidades actuales», insistió apelando a que «no se escuden en otros: en otros gobiernos o en otras instituciones».
Trichet opinó que «actualmente pagamos el precio de una falta de responsabilidad suficiente. Otros gobiernos habrían debido ejercerla de forma mucho más incisiva, mucho más vehemente». «Está claro que en el pasado hubo negligencia», señaló, subrayando el caso de Grecia, pero también «los grandes países de la zona del euro, que en 2004 demandaron que se debilitara considerablemente el Pacto de Estabilidad y Crecimiento». El Pacto, que limita en un 3% los déficits públicos fue finalmente revisado. «Y la paradoja es que fue por el caso particular del canciller alemán de la época (Gerhard Schröder), acompañado por los jefes de Estado de la época de Francia e Italia», subrayó Trichet.
Hoy Alemania milita en la posición contraria, a favor de reforzar las sanciones para los países que se salgan de las condiciones del Pacto, una hipótesis que Trichet no ha excluido. «Se puede imaginar un endurecimiento de las sanciones previstas, y que no han sido muy creíbles hasta ahora, en parte porque los grandes países no lo han querido», dijo.
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El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, defendió ayer el mantenimiento del objetivo sobre la reducción de la pobreza en la estrategia económica comunitaria para la próxima década, ante el rechazo de un grupo de estados miembros a asumir esta meta. «No aceptaremos nuevos muros en Europa a causa de la pobreza y la exclusión», afirmó Barroso en rueda de prensa tras la cumbre social tripartita celebrada en Bruselas, previa a la reunión de los líderes de la UE que deben establecer una nueva estrategia económica común.
Por ello, pidió a los Veintisiete que en dicho encuentro respalden el objetivo de sacar a 20 millones de europeos del riesgo de pobreza, desde los 80 millones actuales, una de las cinco metas incluidas en la propuesta de estrategia económica para la próxima década, bautizada como «Europa 2020». Un grupo de siete países, entre los que se encuentran Alemania, Gran Breetaña, Italia y Dinamarca, se opone a esta meta por diversas razones. La mayoría de ellos rechaza que se calcule el número de personas en riesgo de pobreza en términos absolutos y a nivel comunitario, ya que existen grandes diferencias entre los estados miembros, según dijeron a Efe fuentes comunitarias. Además, varios de los detractores consideran que el objetivo es demasiado ambicioso, y que por tanto no es posible que se cumpla para 2020.
Los líderes de la UE debaten también en esta cumbre la meta de aumentar la tasa de empleo en la población de edades comprendidas entre los 20 y los 64 años del 69% actual hasta al menos el 75%, así como aumentar los niveles de inversión en I+D del 1,9% del PIB comunitario hasta el 3%, entre otros objetivos.
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