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Diputación pide participar en la protección de la ladera

La Diputación de Gipuzkoa ha presentado sus alegaciones al decreto que regulará las actividades en Praileaitz, incidiendo en que la caverna precisa de un perímetro de protección de cien metros -y no 65, como prevé el Gobierno de Lakua en su propuesta- ,y que la parte oeste de la ladera, además de estar protegida por la Ley de Costas, también lo esté bajo supervisión del ente foral.

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Ariane KAMIO | DONOSTIA

La propuesta que recoge el nuevo decreto que regulará las actividades en la cueva de Praileaitz (Deba) y en su entorno no satisface a la Diputación de Gipuzkoa, que esta misma semana ha presentado las alegaciones pertinentes para intentar que el borrador sea modificado. El Gobierno de Lakua publicó el pasado jueves este nuevo decreto en el Boletín Oficial de la CAV, abriéndose así un plazo de veinte días para presentar las alegaciones a la protección a este santuario rupestre, cuyo interior alberga pinturas de hace más de 15.000 años. El Departamento de Cultura, dirigido por Blanca Urgell, plantea, a grandes rasgos, aumentar en 15 metros (de 50 a 65) el perímetro de protección de la cueva, quedando esta zona exenta de cualquier actividad extractiva por parte de la cantera de Sasiola. Asimismo, se reafirma en que la ladera que bordea la cantera y Praileiatz siga siendo protegida por la Ley de Costas, una medida insuficiente para muchos grupos opositores y especialistas en arqueología, y también para la Diputación.

La diputada de Cultura, María Jesús Aranburu, anunció ayer que sus alegaciones inciden, sobre todo, en el perímetro de protección de la cavidad y en la protección de la ladera. Aranburu adelantó que, tal y como señala el decreto, con la protección de la Ley de Costas la Diputación quedaría fuera de cualquier intervención, opinión, autorización... que se pudiera solicitar para llevar a cabo explosiones en este área. Ante ello, consideró que «ésta es un área de protección cultural y que, por tanto, aunque la última palabra la tuviera que dar el Departamento de Aguas, nosotros tendríamos que hacer un informe que sería perceptivo y vinculante», todo ello en caso de que Lakua admitiese la alegación que se refiere a este asunto. «Si antes a la ladera no se le hizo mucho caso -añadió-, ahora no sé cuánto se le hará, de ahí que nosotros digamos que (la ladera) tiene que estar protegida también por la Ley de Patrimonio», aunque no en su totalidad. El ente foral plantea que esta medida se aplique no en toda la ladera, sino en la parte oeste de ésta (el lado que queda junto a la carretera) y en la zona de vegetación existente en la actualidad.

Cien metros para la cueva

En cuanto al perímetro de protección de la propia cueva, con los estudios encargados por Diputación como base de su razonamiento, Aranburu opinó que «la protección del área 2 (el que se refiere a la caverna) se tiene que mantener en los cien metros, aunque la propuesta del nuevo decreto es de 65 metros».

La diputada aseguró que sus alegaciones se basan en razones «absolutamente objetivas y científicas», dado que en esa zona hay un número importante de cuevas que, «aunque no están conectadas, o al menos todavía no se ha comprobado su conexión, podrían estarlo». «Lo que no cabe duda es que -prosiguió-, entre ellas forman un sistema. Prolongando hasta los cien metros esa protección, todas esas cuevas estarían protegidas y comprometidas en ese área».

Al hilo de estas afirmaciones, Aranburu recordó el resultado del último estudio hidrológico llevado a cabo por especialistas de la Diputación, «donde se ve claramente que existe una afluencia de agua dentro de la cueva, que consideramos tiene que tener la menor incidencia posible en la variación del estado natural» de la cavidad. «Si el agua, en el estado actual, entra en la cueva -ya se ha comprobado que entra hasta los noventa metros-, con un cambio o una intervención del hombre estaríamos ante una situación de desconocimiento en cuanto a la repercusión que esas filtraciones podrían tener en la cueva», alertó.

«Nosotros no pedimos cien metros porque sí, estamos hablando de los cien metros porque consideramos que hay razones objetivas que así lo recomiendan», dijo. Así, hizo referencia al área 7, en la que se encuentra la cueva de Praileaitz VI, situada en la parte más inferior de la cantera y que se protege hasta que concluyan los estudios arqueológicos que determinen su valor prehistórico y si ésta tiene conexión alguna con Praileaitz I -esta reflexión ha sido refrendada en innumerables ocasiones por el arqueólogo de Aranzadi Xabier Peñalver-. «Si se aceptaran los cien metros, esta cueva estaría también incluida en el perímetro de protección. Creemos que los cien metros tienen el valor añadido que protege la zona de todas las cavidades hoy en día conocidas», sentenció.

Una muestra repasa la vida de Don Herbert

Bajo el título «Don Herbert, mano lenta. 1975-2010», Donostia acoge una retrospectiva, integrada por 25 pinturas, que recorre las distintas etapas de la personal creación artística del pintor y litógrafo estadounidense. El propio Herbert asistió ayer a la inauguración de la muestra junto con la diputada de Cultura, María Jesús Aranburu, aunque, haciendo gala de su habitual abstracción personal, «apareció y desapareció» del acto y sin pronunciar palabra.

«Su pintura ofrece pocos asideros al público pues ni siquiera tiene títulos», dijo el comisario de la exposición, José Ángel Artetxe, quien destacó que a Herbert «no le interesan las definiciones de sus cuadros ni las críticas» y en su vida personal ha actuado siempre «como el Guadiana, que se deja ver y no ver por momentos».

La exposición recuerda con varias piezas aquellos primeros años de su estancia en el Estado español. Unos cuadros, explicó Artetxe, «marcados por una impronta californiana», la que trajo desde EEUU, que fue tildada de «informalista», pero que se ajusta más a lo que podría denominarse «una abstracción lírica». GARA

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